El golfista español Jon Rahm ha dejado una huella imborrable en el US Open, celebrado en el emblemático campo de Oakmont, donde su actuación en la última ronda fue digna de aplauso. Con un final sensacional que incluyó tres birdies consecutivos, Rahm logró entregar la mejor tarjeta del día, finalizando en una destacada séptima posición. Este torneo, que ha sido un verdadero desafío para los competidores, se ha visto marcado por la imprevisibilidad del clima y la dificultad del recorrido.
### Un Desempeño que Refleja la Paciencia y la Perseverancia
La jornada final del US Open no fue fácil para Rahm, quien comenzó con la presión de mejorar su posición en la clasificación. A pesar de que no había nada en juego más que la honra, el vizcaíno se mostró decidido a escalar posiciones, y lo logró con un juego sólido y estratégico. Su tarjeta final de -3, que lo llevó a un acumulado de +4, fue un testimonio de su habilidad y determinación.
Desde el inicio de la ronda, Rahm mostró una notable consistencia, logrando par en los primeros hoyos y un birdie en el cuarto, donde estuvo a punto de conseguir un eagle. Sin embargo, el camino no fue siempre recto; el jugador tuvo que lidiar con errores que le costaron valiosas oportunidades. A pesar de esto, su capacidad para recuperarse fue admirable. En los últimos hoyos, Rahm se desató, embocando un birdie en el 16 y cerrando con otro en el 18, lo que le permitió salir del campo con una sonrisa y una sensación de satisfacción.
La jornada estuvo marcada por la suspensión del juego debido a una tormenta eléctrica, lo que añadió un elemento de incertidumbre al torneo. Sin embargo, Rahm utilizó este tiempo para resetear su mente y prepararse para el desafío que le esperaba. Su enfoque mental fue clave, y su capacidad para mantener la calma bajo presión fue evidente en su juego.
### Estadísticas que Hablan por Sí Solas
Uno de los aspectos más destacados del desempeño de Rahm fue su fiabilidad desde el tee. Logró acertar 11 de las 14 calles de Oakmont, lo que demuestra su precisión y control. Además, su habilidad para alcanzar los greens en regulación fue notable, con 16 de 18 greens alcanzados en dos golpes menos del par, lo que le permitió tener múltiples oportunidades de birdie.
Sin embargo, el putter fue un punto débil durante el torneo. Rahm falló catorce putts de menos de tres metros, lo que podría haber cambiado drásticamente su posición en la clasificación. A pesar de estos contratiempos, su capacidad para mantener la concentración y seguir luchando fue admirable. En el último hoyo, su golpe desde 153 metros fue un ejemplo perfecto de su talento, dejándolo en una posición ideal para cerrar con un birdie.
La jornada final de Rahm fue un reflejo de su evolución como jugador. Desde su debut en Oakmont en 2016, donde terminó en la posición 23, ha demostrado un crecimiento significativo en su juego. Este año, aunque no logró el título, su actuación fue un recordatorio de su potencial y de lo que puede lograr en el futuro.
La clasificación final del torneo mostró a J.J. Spaun como el ganador, seguido de Robert MacIntyre y Viktor Hovland. Rahm, al finalizar en séptima posición, se mantiene en la conversación como uno de los mejores golfistas del mundo, y su desempeño en el US Open es un testimonio de su dedicación y talento.
El golf es un deporte que requiere tanto habilidad como fortaleza mental, y Jon Rahm ha demostrado que posee ambas. Con su mirada puesta en futuros torneos y la experiencia adquirida en Oakmont, el vizcaíno está listo para seguir compitiendo al más alto nivel. Su capacidad para aprender de cada ronda y su deseo de mejorar son cualidades que lo colocan en una posición privilegiada para alcanzar grandes logros en el mundo del golf.