Un crimen brutal ha sacudido la tranquilidad de L’Eliana, un municipio en la provincia de Valencia, donde un joven ha sido acusado de asesinar a su exsuegro con una ferocidad escalofriante. La Guardia Civil ha presentado un caso que se ha vuelto emblemático por la naturaleza del crimen y las evidencias que lo rodean. El asesinato, que tuvo lugar el 11 de noviembre de 2021, se ha convertido en un tema de gran interés público, no solo por la violencia del acto, sino también por los detalles que han surgido durante el juicio.
### Un Asesinato Meticulosamente Planeado
Sergio A. L., de 27 años, es el principal acusado de este crimen, que se estima fue llevado a cabo en un tiempo récord de siete minutos. La víctima, Juan Ramón Climent Viguer, fue atacada con un cuchillo en 22 ocasiones, lo que demuestra una intención clara de causar daño. Según los informes de la Guardia Civil, Sergio entró en la casa de su exsuegro a través de una puerta de la cocina que sabía que estaba abierta. La víctima, que padecía de sordera casi total, fue sorprendida mientras se encontraba en una posición vulnerable, viendo televisión en su butacón.
El ataque fue brutal y rápido. Tras asestar las primeras puñaladas, Juan Ramón intentó levantarse, pero fue derribado nuevamente y rematado en el suelo. La escena del crimen fue descrita como caótica, y el agresor no mostró ningún tipo de remordimiento. Después de cometer el asesinato, Sergio se dirigió a la cocina, donde enjuagó el cuchillo, dejando atrás su ADN y huellas dactilares. La única testigo del crimen, la madre de Juan Ramón, de 93 años y con un grave deterioro cognitivo, no pudo proporcionar ninguna información relevante debido a su condición.
### Evidencias que Conectan al Acusado con el Crimen
Uno de los aspectos más impactantes del caso ha sido la recopilación de pruebas que vinculan a Sergio con el asesinato. La Guardia Civil ha utilizado grabaciones de cámaras de seguridad para reconstruir el recorrido del acusado. Estas grabaciones muestran a Sergio caminando desde su casa hasta el chalé de la víctima, un trayecto de aproximadamente 2,1 kilómetros que realizó en 25 minutos. En su regreso, sin embargo, se apresuró, completando el recorrido en solo 18 minutos.
La cronología de los eventos es crucial. Las cámaras capturaron a Sergio en el camino de vuelta a casa, y su teléfono móvil también proporcionó información valiosa. Se descubrió que el dispositivo se conectó a una antena de telefonía móvil situada cerca de la casa de la víctima, lo que indica que estuvo presente en la escena del crimen durante el tiempo del ataque. Además, el teléfono de Juan Ramón fue localizado en un área cercana, justo donde Sergio confesó haberlo tirado en su huida.
La confesión de Sergio, aunque limitada en detalles, ha sido un punto clave en el juicio. Aportó información que solo el autor del crimen podría conocer, como la ubicación del cuchillo homicida, que fue encontrado en la cocina, exactamente donde él había indicado. Este cuchillo, un deshuesador de 11 centímetros, contenía tanto su ADN como la sangre de la víctima, lo que refuerza la evidencia en su contra.
La combinación de pruebas físicas, testimonios y la confesión del acusado ha llevado a la Guardia Civil a concluir que el crimen fue premeditado. Las motivaciones detrás del ataque parecen estar ligadas a un deseo de venganza, ya que Sergio había mantenido una relación con la hija de la víctima, P., y había expresado amenazas en el pasado. La hija de la víctima ha declarado que su exnovio le había advertido que habría consecuencias si ella comenzaba a salir con otra persona.
El juicio ha atraído la atención de la comunidad, no solo por la naturaleza violenta del crimen, sino también por las implicaciones más amplias sobre la violencia de género y las relaciones familiares. La situación ha puesto de relieve la necesidad de abordar la violencia machista y sus consecuencias devastadoras en las familias y comunidades.
A medida que el juicio avanza, la sociedad observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos y qué decisiones tomará el jurado en este caso tan impactante. Las evidencias presentadas hasta ahora sugieren que la justicia podría ser implacable para el acusado, quien enfrenta una posible condena a prisión permanente revisable por su acto de violencia extrema.