La Guardia Civil ha llevado a cabo una importante operación en Valencia, conocida como «Eburno», que ha resultado en la incautación de 127 figuras elaboradas con colmillos de elefantes asiáticos y africanos. Esta intervención se produce en un contexto de creciente preocupación por el tráfico ilegal de especies protegidas y el daño que este comercio causa a la fauna mundial. Las figuras, que representan un valor estimado de 226.260 euros, fueron retiradas del mercado tras una exhaustiva investigación que reveló un mercadillo clandestino de marfil en la región.
### Contexto del Comercio Ilegal de Marfil
El tráfico de marfil es un problema global que afecta a la supervivencia de los elefantes, cuyas poblaciones han disminuido drásticamente debido a la caza furtiva. A pesar de la prohibición internacional del comercio de marfil, muchas redes siguen operando en la clandestinidad, aprovechándose de la demanda de artículos de lujo elaborados con este material. En Valencia, la Guardia Civil detectó un aumento inusual en las ofertas de piezas de marfil en octubre de 2024, lo que llevó a la creación de un equipo de investigación especializado en la materia.
Los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) comenzaron a vigilar varias empresas dedicadas a la restauración y venta de antigüedades, así como tiendas de decoración que podrían estar comercializando artículos que contenían marfil. Durante estas investigaciones, se observó que personas de diferentes partes de España viajaban a Valencia con el objetivo de vender estas piezas, lo que despertó las alarmas de las autoridades.
La operación «Eburno» se centró en una empresa en Valencia donde se exhibían las 127 piezas de marfil. Estas figuras, que varían en tamaño y estilo, fueron catalogadas y se determinó que muchas de ellas eran de origen histórico, elaboradas con técnicas artesanales que requerían miles de horas de trabajo. Por ejemplo, un colmillo tallado, que se estima que tomó más de 2.000 horas de trabajo, fue uno de los objetos más destacados de la colección.
### Detalles de la Operación y Consecuencias Legales
La intervención de la Guardia Civil no solo resultó en la incautación de las figuras, sino que también llevó a la detención de una mujer, propietaria del negocio, y a la investigación de cuatro cómplices. Todos ellos son españoles, pero no residen en la Comunitat Valenciana. La operación ha puesto de manifiesto la complejidad del tráfico de marfil y la necesidad de una vigilancia constante para proteger a las especies en peligro.
Las piezas incautadas fueron sometidas a un informe de tasación por parte del Seprona, que confirmó que el marfil provenía de elefantes tanto africanos como asiáticos, ambos protegidos bajo el convenio CITES. Este acuerdo internacional busca regular el comercio de especies amenazadas y proteger la biodiversidad global. La falta de documentación adecuada por parte de la empresa que exhibía las piezas fue un factor clave en la decisión de la Guardia Civil de incautar los objetos.
El daño causado a la fauna por el tráfico de marfil se estima en 14 millones de euros, lo que subraya la gravedad de la situación. Las figuras confiscadas serán expuestas en el Museo de Historia Natural de la Universitat de València, lo que permitirá educar al público sobre la importancia de la conservación de la fauna y la lucha contra el comercio ilegal.
La investigación ha sido un esfuerzo conjunto de varias unidades de la Guardia Civil, incluyendo la Unidad Central Operativa (UCO) del Medio Ambiente, y ha contado con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Las diligencias han sido entregadas al Juzgado de Instrucción Decano de Valencia, donde se determinarán las acciones legales a seguir contra los implicados.
La operación «Eburno» es un recordatorio de la importancia de la protección de la fauna y la necesidad de erradicar el comercio ilegal de especies en peligro. Las autoridades continúan trabajando para desmantelar redes de tráfico y garantizar que se respeten las leyes que protegen a los animales y su hábitat. La lucha contra el tráfico de marfil es una batalla que requiere la colaboración de todos, desde las fuerzas del orden hasta la sociedad civil, para asegurar un futuro sostenible para las especies amenazadas.