El reciente desastre natural que azotó la Comunitat Valenciana ha dejado una huella profunda en la vida de muchos de sus habitantes. La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que ocurrió el 29 de octubre del año pasado provocó daños significativos en diversas localidades, incluyendo Chiva y Riba-roja de Túria. En respuesta a esta crisis, el Ministerio de Vivienda ha tomado medidas para ayudar a los afectados mediante la adquisición de viviendas que serán destinadas a quienes perdieron sus hogares.
### La Adquisición de Inmuebles por parte de Sepes
La empresa pública de vivienda Sepes, dependiente del Ministerio de Vivienda, está en las etapas finales de compra de 22 viviendas al fondo de inversión Blackstone. Esta compra se llevará a cabo en junio y está diseñada para proporcionar refugio a los afectados por la DANA. La mayoría de estos inmuebles se encuentran en una promoción en Riba-roja de Túria, una de las áreas más impactadas por el desastre.
El acuerdo implica un pago de 1,65 millones de euros, lo que representa un 35,5% menos que el valor de tasación de los inmuebles, que asciende a 2,56 millones de euros. Esta compra se formalizará ante notario el 18 de junio, y se espera que el traspaso de documentación se complete sin inconvenientes. A pesar de la negativa del Ministerio de Vivienda a negociar con grandes fondos, la situación ha llevado a Sepes a adquirir propiedades de estos grandes tenedores debido a la dificultad de convencer a propietarios particulares para vender sus viviendas.
La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, ha manifestado en entrevistas anteriores que los grandes caseros deben asumir su responsabilidad social y atender la demanda de vivienda. A pesar de la postura del ministerio, la realidad es que la compra de inmuebles a grandes fondos se ha convertido en una necesidad para abordar la crisis habitacional generada por la DANA.
### Desafíos en la Implementación del Plan de Vivienda
El plan de vivienda para los afectados por la DANA ha enfrentado múltiples desafíos desde su inicio. Aunque Sepes activó una partida de 25 millones de euros para adquirir casas en las zonas afectadas, hasta la fecha solo ha logrado comprar cuatro inmuebles a propietarios particulares en localidades como Sollana, Catarroja y Sot de Chera. Además, se había acordado la compra de un quinto activo en Utiel, pero el vendedor desistió de la transacción.
Hasta ahora, la empresa pública ha invertido 1,88 millones de euros, lo que representa solo el 7,5% de los fondos disponibles para este plan. Esto ha resultado en un precio medio de 75.370 euros por vivienda adquirida. A pesar de que el acuerdo con Blackstone se ha firmado a precios significativamente más bajos que el mercado, las compras a particulares se han realizado al precio de tasación, lo que ha limitado la capacidad de Sepes para adquirir más propiedades.
El programa de vivienda enfrenta la posibilidad de quedar incompleto, lo que podría afectar otros contratos vinculados, como los 34.866 euros destinados a la tasación de inmuebles, los 54.629 euros para asegurar los activos y los 849.550 euros presupuestados para amueblar las viviendas adquiridas. Estos aspectos son cruciales para garantizar que los nuevos inquilinos puedan habitar los inmuebles en condiciones adecuadas.
La situación actual refleja la complejidad del mercado inmobiliario en la Comunitat Valenciana y la necesidad de un enfoque más integral para abordar la crisis de vivienda. La intervención de entidades públicas como Sepes es esencial, pero también es fundamental que se establezcan estrategias efectivas para facilitar la colaboración con propietarios particulares y otros actores del sector. La recuperación de las comunidades afectadas por la DANA dependerá en gran medida de la capacidad del gobierno para implementar soluciones habitacionales sostenibles y accesibles para todos los afectados.
