El asesinato de Luis Portero, primer fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, sigue resonando en la memoria colectiva de España, especialmente en Granada, donde ocurrió el trágico suceso el 9 de octubre de 2000. Este crimen, perpetrado por miembros de la organización terrorista ETA, no solo conmocionó a la sociedad española, sino que también desencadenó una ola de protestas masivas en contra de la violencia terrorista. Veinticinco años después, la Audiencia Nacional ha decidido reabrir el caso, buscando esclarecer la implicación de otros miembros de la cúpula de ETA en este asesinato que dejó una huella imborrable en la historia del país.
La decisión de reabrir el caso se basa en nuevas evidencias que han surgido en los últimos años. Entre ellas, se encuentran bases de datos incautadas en Francia, informes de la Guardia Civil y declaraciones de etarras arrepentidos. Estos nuevos elementos apuntan a que no solo los autores materiales del crimen, Igor Solana e Harriet Iragi, son responsables, sino que también otros líderes de la organización terrorista, como Javier García Gaztelu, alias ‘Txapote’, y Ainhoa Múgica, conocida como ‘Olga’, podrían haber tenido un papel crucial en la planificación y ejecución del atentado.
### La Trama del Asesinato
El día del asesinato, Luis Portero fue abordado en el portal de su casa, donde fue ejecutado a quemarropa. Este acto de violencia no fue un hecho aislado, sino parte de una serie de atentados que la banda terrorista había llevado a cabo en ese periodo. Según las declaraciones de Solana, él y su compañero se habían infiltrado en la zona bajo la excusa de repartir publicidad sobre la lucha contra el cáncer, lo que demuestra la premeditación y el cálculo detrás de su acción. Este modus operandi revela la estrategia de ETA de seleccionar objetivos que consideraban enemigos del proceso de construcción nacional, en este caso, un fiscal que se había destacado por su firmeza en la lucha contra el terrorismo.
La investigación original ya había identificado a los autores materiales, pero la nueva documentación sugiere que la dirección de ETA estaba al tanto de las acciones del comando que ejecutó el atentado. En un boletín interno de la banda, se celebraba el asesinato de Portero como un «acierto», lo que indica que su muerte fue parte de una estrategia más amplia de la organización. Además, se han encontrado registros que muestran que Portero ya era considerado un objetivo antes de su asesinato, lo que refuerza la idea de que su muerte fue parte de un plan deliberado.
### Nuevas Evidencias y Testimonios
Las nuevas pistas que han surgido en la investigación son fundamentales para entender la complejidad del caso. La Guardia Civil ha presentado un informe que destaca la importancia de las declaraciones de exetarras que han colaborado con la justicia. Estos testimonios indican que las órdenes para llevar a cabo atentados provenían directamente de la cúpula de ETA, lo que implica que figuras como ‘Txapote’ y ‘Olga’ no solo estaban al tanto de las acciones, sino que también podían haber dado la autorización para el asesinato de Portero.
Uno de los aspectos más impactantes de la nueva evidencia es una carta escrita por Igor Solana desde prisión, en la que menciona las torturas que sufrió durante los interrogatorios y cómo se vio obligado a dar nombres de los líderes de ETA. Este documento no solo proporciona una visión de la presión a la que estaban sometidos los miembros de la organización, sino que también sugiere que la dirección de ETA tenía un conocimiento detallado de las operaciones y de los objetivos a atacar.
Además, se han encontrado anotaciones manuscritas que indican que la banda tenía un interés particular en los miembros de la judicatura, lo que refuerza la idea de que Portero fue un blanco elegido por su papel en la lucha contra el terrorismo. La Guardia Civil ha señalado que la información sobre Portero ya estaba en poder de ETA antes de su asesinato, lo que sugiere que hubo una planificación meticulosa detrás del atentado.
La reapertura del caso Luis Portero no solo busca justicia para la familia del fiscal asesinado, sino que también representa un esfuerzo por parte de las autoridades para desmantelar la narrativa de impunidad que ha rodeado a ETA durante años. La lucha contra el terrorismo en España ha sido un tema delicado y complejo, y cada nuevo avance en la investigación del caso Portero es un paso hacia la verdad y la justicia.
La familia de Luis Portero ha mantenido viva la memoria de su ser querido, insistiendo en que todos los responsables del crimen sean llevados ante la justicia. Su legado perdura no solo en la lucha contra el terrorismo, sino también en la defensa de los valores democráticos y el respeto por la vida humana. La reapertura de este caso es un recordatorio de que la búsqueda de justicia es un camino que nunca debe ser abandonado, y que la memoria de aquellos que han perdido la vida a causa de la violencia debe ser honrada y preservada.