La violencia entre bandas en Madrid ha alcanzado un nuevo nivel de preocupación tras un ataque brutal en la discoteca Fénix de Carabanchel. En la madrugada del 28 de diciembre de 2023, tres jóvenes que disfrutaban de una noche de fiesta fueron atacados por un grupo de cuatro encapuchados que, al grito de «¡Patria!», se identificaron como miembros de la banda de los Trinitarios. Este incidente ha llevado a un juicio en la Audiencia Provincial de Madrid, donde uno de los acusados, Eric J. M., enfrenta graves cargos que podrían llevarlo a pasar 24 años tras las rejas.
### Un Ataque Sorprendente y Brutal
El ataque ocurrió cuando las víctimas, que no pertenecían a ninguna banda, intentaron escapar de sus agresores. Uno de los jóvenes resultó gravemente herido, con cortes tan profundos que un agente de policía que lo atendió en el lugar del ataque declaró que podía ver el pulmón a través de la herida. Este tipo de violencia no es nuevo en la capital española, donde las bandas latinas han estado en el centro de la atención pública y mediática por sus enfrentamientos y actividades delictivas.
Eric J. M., un joven ecuatoriano de 23 años, es el único de los atacantes que se ha presentado ante el tribunal. Su defensa se basa en la afirmación de que se vio involucrado en el ataque simplemente por salir a tomar unas copas. Sin embargo, las pruebas en su contra son contundentes. Fue identificado por testigos y detenido por la policía la misma noche del ataque, con manchas de sangre en su ropa. A pesar de su defensa, el fiscal ha calificado el ataque como un intento de asesinato en grado de tentativa, considerando la indefensión total de las víctimas.
### Antecedentes de Violencia y Pertenencia a una Banda
Eric J. M. no es un desconocido para las autoridades. Desde su llegada a España a los 15 años, ha sido identificado en múltiples ocasiones por su vinculación con los Trinitarios. Su historial delictivo incluye varios incidentes violentos, como el apuñalamiento de un joven en noviembre de 2023, por el cual estuvo en prisión provisional durante nueve meses. Este patrón de comportamiento ha llevado a la policía a clasificarlo como un «miembro probado» de la banda.
Durante el juicio, se presentaron pruebas que indican que Eric había sido identificado al menos diez veces desde 2020, en situaciones que involucraban armas y comportamientos delictivos. En una ocasión, se le confiscó un machete tras una reyerta entre bandas, y en otra, fue encontrado con cuchillos ocultos en un parque. Estos antecedentes han sido cruciales para el caso, ya que demuestran un patrón de conducta violenta y una clara asociación con actividades criminales.
La noche del ataque, Eric se encontraba en la discoteca, donde fue reconocido como un cliente habitual por uno de los porteros. Sin embargo, su versión de los hechos ha sido inconsistente. Inicialmente afirmó que venía de dormir en su casa, pero luego cambió su declaración, diciendo que había estado en casa de su novia. A pesar de su nerviosismo al ser detenido, argumentó que su estado se debía a las prisas por regresar a casa, aunque no pudo recordar qué línea de autobús iba a tomar.
### La Reacción de la Comunidad y el Impacto del Juicio
El juicio ha captado la atención de la comunidad, que se muestra preocupada por la creciente violencia entre bandas en Madrid. La fiscalía ha solicitado una pena de 24 años para Eric, argumentando que el ataque fue premeditado y que las víctimas fueron sorprendidas sin posibilidad de defensa. Este caso no solo pone de relieve la violencia de las bandas latinas, sino también la necesidad de abordar el problema de manera integral, considerando tanto la prevención como la intervención en estos grupos.
La situación actual en Madrid refleja un problema más amplio que afecta a muchas ciudades en todo el mundo, donde la violencia entre pandillas se ha convertido en un fenómeno alarmante. La comunidad espera que el juicio no solo sirva para hacer justicia a las víctimas, sino también para enviar un mensaje claro sobre la intolerancia hacia la violencia y el crimen organizado.
A medida que el juicio avanza, se espera que se presenten más pruebas y testimonios que puedan influir en el veredicto final. La sociedad observa atentamente, esperando que se tomen medidas efectivas para combatir la violencia de bandas y proteger a los ciudadanos inocentes de ataques similares en el futuro.