La alcaldesa de València, Mª José Catalá, ha presentado un ambicioso Plan de Infraestructuras Críticas de Abastecimiento de Agua para el periodo 2026-2031, con una inversión de 120 millones de euros. Este plan, que busca modernizar y fortalecer la red de abastecimiento de agua de la ciudad, fue dado a conocer en un evento que reunió a representantes del mundo empresarial, universidades, vecinos y colegios profesionales en el Ayuntamiento de València. La propuesta surge como respuesta a la vulnerabilidad que mostró la ciudad durante la dana del 29 de octubre, donde se evidenció la necesidad de contar con un sistema de abastecimiento más robusto y eficiente.
**Objetivos del Plan de Infraestructuras**
El plan contempla un total de 33 medidas que se agrupan en tres líneas principales: fortaleza, modernización y sostenibilidad. La alcaldesa enfatizó que, aunque las infraestructuras hidráulicas no son visibles, es fundamental trabajar en su desarrollo para dejar un legado de seguridad y resiliencia para las futuras generaciones. Uno de los aspectos más destacados del plan es la mejora en la capacidad de abastecimiento, ya que los depósitos actuales solo garantizan 48 horas de suministro. Con las nuevas infraestructuras, se espera que el suministro de agua sea ilimitado, lo que representa un avance significativo para la ciudad.
Entre las medidas más relevantes se incluye la instalación de macrogrupos electrógenos, la perforación de cuatro pozos y la construcción de cuatro potabilizadores, que se ubicarán sobre un acuífero de gran tamaño. Esto permitirá a València contar con una red de abastecimiento propia, independiente de la actual que depende del canal Júcar-Turia. Además, se planea la renovación de las autopistas del agua, que son esenciales para el transporte del líquido vital a la ciudad. Las tuberías actuales, muchas de las cuales han agotado su vida útil, serán reemplazadas para garantizar un flujo constante y seguro.
**Sostenibilidad y Aprovechamiento de Recursos**
El plan también pone un fuerte énfasis en la sostenibilidad. Se prevé la ampliación de la red de baja presión en 27 kilómetros, lo que permitirá utilizar agua no potable para el riego y el baldeo, reduciendo así la dependencia del agua tratada. En el parque de la Devesa, se implementará un suministro independiente para los cañones de agua, que se han utilizado en varias ocasiones para refrescar el bosque y minimizar el riesgo de incendios.
Uno de los objetivos clave es el aprovechamiento del agua excedente de la depuradora de Pinedo y de las bombas extractoras de las estaciones del metro. Este volumen de agua, que actualmente se vierte al mar, se utilizará para alimentar los nuevos pulmones verdes de la ciudad, como el Parque de Desembocadura. Se estima que se podrán bombear hasta 55 hectómetros de agua, contribuyendo así a la regeneración hídrica del Jardín del Turia y a la irrigación de áreas como la Punta y Pinedo.
La alcaldesa ha manifestado su intención de llevar este plan a la Emshi (Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos) para que se extienda a los municipios del área metropolitana, asegurando así un enfoque regional en la gestión del agua.
El concejal del Ciclo del Agua, Carlos Mundina, ha subrayado que el objetivo principal del plan es asegurar el suministro de agua en la ciudad y evitar situaciones de vulnerabilidad como las que se vivieron durante la dana. Javier Macián, director de Emivasa, ha añadido que València es una de las pocas ciudades en el mundo, junto con París, que cuenta con una segunda red de abastecimiento de agua, lo que representa una ventaja estratégica en situaciones de emergencia.
Los estudios realizados por la Universidad Politécnica de València respaldan la viabilidad del abastecimiento de agua del acuífero, destacando que es un recurso de calidad. Sin embargo, para que esto sea posible, es necesario ampliar la red de baja presión actual, que actualmente solo puede extraer 300 litros por segundo. Con la perforación de los nuevos pozos y la construcción de las plantas potabilizadoras, València podría alcanzar la autosuficiencia hídrica, garantizando un suministro continuo y seguro para sus habitantes.
La modernización de las infraestructuras hídricas no solo es una cuestión de necesidad, sino también de responsabilidad hacia el medio ambiente. La reutilización del agua de achique, que proviene del nivel freático y del acuífero, permitirá regar jardines sin utilizar agua potable, lo que representa un ahorro significativo y un uso más eficiente de los recursos hídricos.
El coste del plan, aunque no se ha especificado cómo se financiará, se considera una inversión necesaria para evitar los altos costos económicos que podría acarrear la falta de agua en la ciudad. Las 33 medidas se implementarán de manera progresiva, con el objetivo de que para 2031 estén plenamente integradas y València cuente con una red de abastecimiento más fuerte, adaptada a las necesidades del entorno y respetuosa con el medio ambiente.