La ciudad de València ha dado un paso significativo hacia la mejora de la calidad del aire al aprobar una nueva ordenanza de Zona de Bajas Emisiones (ZBE) durante la reunión de la Comisión Municipal de Patrimonio. Esta normativa, que entrará en vigor el 1 de diciembre de 2025, se implementará de manera progresiva y no afectará a los conductores locales hasta enero de 2028. El concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Jesús Carbonell, ha enfatizado que el objetivo es evitar que los ciudadanos con menos recursos se vean obligados a cambiar de vehículo de manera abrupta, a diferencia de lo que proponen algunos grupos de la oposición.
### Proceso de Implementación y Restricciones
La ZBE se aplicará en varias fases. Desde el 1 de diciembre de 2025, solo se restringirá el acceso a vehículos matriculados fuera de la provincia de Valencia que tengan etiqueta A, es decir, aquellos vehículos de gasolina matriculados antes de 2001 y diésel matriculados antes de 2006. Esta restricción se ampliará en enero de 2027 para incluir todos los vehículos sin etiqueta de fuera de la ciudad, y finalmente, en enero de 2028, afectará a todos los vehículos con etiqueta A, incluidos los de los residentes de València.
El área afectada por la ZBE abarca aproximadamente 27,8 kilómetros cuadrados, lo que representa casi toda la ciudad. Sin embargo, el concejal Carbonell ha asegurado que solo un 8% de los vehículos censados en València se verán afectados en la práctica en el corto plazo. Además, se han establecido excepciones para vehículos asociados a actividades económicas, así como para aquellos que transporten a personas con movilidad reducida, familias numerosas, y otros casos especiales. También se permitirá un total de 48 accesos anuales para los vehículos que no cumplan con las restricciones.
### Críticas y Reacciones de la Oposición
A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento, la oposición ha criticado la nueva ordenanza, considerándola insuficiente. El PSPV ha expresado su descontento por la falta de consideración a las propuestas de los vecinos y ha señalado que la normativa no aborda adecuadamente la reducción de la contaminación. La concejala socialista María Pérez ha afirmado que la administración actual no busca mejorar la calidad del aire, sino simplemente cumplir con un trámite.
Por su parte, el concejal de Compromís, Giuseppe Grezzi, ha advertido que la ZBE podría constituir una prevaricación en el uso de los fondos europeos, ya que no cumple con los objetivos de reducción de contaminación establecidos por la Convocatoria de ayudas del plan NextGenerationEU. Grezzi ha afirmado que su grupo buscará todas las instancias necesarias para que València tenga una ZBE que realmente funcione y cumpla con los estándares de calidad del aire.
### Preparativos para la Implementación
El Ayuntamiento de València está trabajando en la instalación de un software que permitirá identificar las matrículas de los vehículos según su tipo de etiqueta, así como en la colocación de cámaras de control de tráfico y paneles informativos en puntos estratégicos de la ciudad. Carbonell ha destacado que se llevará a cabo una campaña informativa para asegurar que todos los ciudadanos estén al tanto de los detalles y el funcionamiento de la ZBE.
La normativa ha sido diseñada para ser progresiva, con el objetivo de minimizar el impacto en los ciudadanos y facilitar la transición hacia un modelo de movilidad más sostenible. Carbonell ha subrayado que, en 2028, la cantidad de vehículos que no podrán circular será muy baja, y aquellos que se vean afectados podrán disfrutar de 48 días de acceso al año, además de un título gratuito para el transporte urbano a través de la EMT.
### Implicaciones para el Futuro de la Movilidad en València
La implementación de la ZBE en València es un paso importante hacia la sostenibilidad y la mejora de la calidad del aire en la ciudad. A medida que se acerque la fecha de entrada en vigor, será crucial que el Ayuntamiento mantenga un diálogo abierto con los ciudadanos y las partes interesadas para asegurar que la normativa sea efectiva y justa. La transición hacia una movilidad más sostenible no solo beneficiará a la salud pública, sino que también contribuirá a la lucha contra el cambio climático y a la creación de un entorno urbano más habitable para todos los residentes de València.