El 29 de octubre de 2025, la comunidad valenciana conmemora el primer aniversario de la devastadora DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que dejó un saldo trágico de 229 fallecidos. Este evento no solo marcó un hito en la historia reciente de la región, sino que también ha generado un intenso debate político y social sobre la gestión de emergencias y la responsabilidad del gobierno. En el Congreso de los Diputados, se llevó a cabo una sesión de control al Gobierno, donde el presidente Pedro Sánchez guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas, pero también se vio envuelto en un cruce de acusaciones con el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
La jornada comenzó con un emotivo homenaje a las víctimas, donde se recordó la magnitud de la tragedia y el sufrimiento de las familias afectadas. Durante el pleno, Sánchez se escudó en el dolor de la comunidad para evitar responder a las preguntas de Feijóo, quien lo acusó de politizar la catástrofe. «Hoy no es el día», afirmó el presidente, enfatizando la necesidad de recordar a quienes perdieron la vida y a aquellos que aún luchan por reconstruir sus vidas tras la tragedia.
La DANA que azotó Valencia el año pasado no solo dejó un rastro de dolor, sino que también puso de manifiesto las deficiencias en la gestión de emergencias en España. La falta de preparación y la respuesta tardía de las autoridades fueron criticadas por muchos, lo que ha llevado a un llamado a la mejora de los protocolos de actuación ante desastres naturales. En este contexto, la sesión de control se convirtió en un escenario de confrontación política, donde las acusaciones de Feijóo sobre la falta de transparencia y la manipulación de la información por parte del Gobierno resonaron con fuerza.
El funeral de Estado, programado para la tarde del mismo día, se celebrará en un ambiente de tensión política. La ausencia de figuras clave como Santiago Abascal y Isabel Díaz Ayuso ha sido notoria, lo que ha generado aún más controversia en torno a la respuesta del Gobierno y la oposición ante la tragedia. La situación se complica aún más con la llegada de un nuevo frente de lluvias y tormentas, lo que ha llevado a la Aemet a emitir alertas sobre posibles inundaciones en diversas zonas del país.
La DANA no solo ha dejado un impacto emocional en la comunidad, sino que también ha suscitado un debate sobre la responsabilidad política en la gestión de crisis. La acusación de Feijóo de que Sánchez ha mentido en múltiples ocasiones durante su mandato ha puesto en el centro del debate la confianza en las instituciones y la necesidad de una mayor rendición de cuentas. En este sentido, la tragedia ha servido como un catalizador para cuestionar la eficacia de las políticas públicas y la preparación ante desastres naturales.
A medida que la comunidad valenciana recuerda a las víctimas de la DANA, también se enfrenta a la realidad de que la gestión de emergencias debe ser una prioridad para el Gobierno. La falta de recursos y la ineficiencia en la respuesta a la crisis han sido temas recurrentes en el discurso político, lo que ha llevado a un llamado a la acción por parte de los ciudadanos y organizaciones locales. La necesidad de una revisión exhaustiva de los protocolos de emergencia y la implementación de medidas preventivas son aspectos que no pueden ser ignorados en el futuro.
La tragedia de la DANA ha dejado una huella indeleble en la memoria colectiva de Valencia. Las historias de aquellos que perdieron seres queridos y hogares son un recordatorio constante de la fragilidad de la vida y la importancia de estar preparados para lo inesperado. En este primer aniversario, la comunidad se une no solo para recordar, sino también para exigir cambios y mejoras en la gestión de emergencias, con la esperanza de que no se repitan tragedias similares en el futuro.
La DANA ha sido un punto de inflexión en la política y la sociedad valenciana, un evento que ha revelado tanto la vulnerabilidad ante desastres naturales como la necesidad de una respuesta política efectiva y responsable. A medida que se llevan a cabo los homenajes y se recuerda a las víctimas, la comunidad se enfrenta a un futuro incierto, pero con la determinación de aprender de los errores del pasado y trabajar hacia un mañana más seguro y resiliente.
