La celebración de la décimo quinta edición de Russafa Escènica se aproxima, y con ella, una serie de desafíos que el sector de las artes escénicas en la Comunitat Valenciana debe enfrentar. Este festival, que se llevará a cabo entre el 17 y el 28 de septiembre, promete una rica variedad de propuestas teatrales, de danza y circo, con alrededor de 30 representaciones distribuidas en diversas salas y espacios públicos de València. Sin embargo, la situación financiera del evento plantea interrogantes sobre su viabilidad y futuro.
### Desafíos Financieros del Festival
El festival, que este año lleva el título ‘Pirueta amb doble salt mortal cap arrere’, se presenta como una metáfora de la compleja situación que atraviesa el sector. Un 47% del presupuesto del festival depende de ayudas del Institut Valencià de Cultura (IVC), las cuales aún no han sido resueltas. Esta incertidumbre financiera ha llevado a los organizadores a operar sin fondos garantizados, confiando en la asignación de subvenciones que se decidirán en la primera quincena de octubre. Esta situación no es nueva; ha sido una constante en los últimos años, generando frustración entre los profesionales del sector que buscan estabilidad y certeza en su trabajo.
Jerónimo Cornelles, director del festival, ha calificado la llegada a la edición número 15 como un «milagro», dado que la financiación ha sido cada vez más difícil. El año anterior, el 53% del presupuesto se basó en ayudas que finalmente se tradujeron en 80.000 euros por parte del IVC. Este año, los organizadores esperan una situación similar, pero con la preocupación de que los cambios en la forma de baremar las ayudas podrían perjudicarles, a pesar de su larga trayectoria de 15 años apoyando las artes escénicas.
### Colaboración Público-Privada y Apoyo Institucional
A pesar de los retos, la colaboración entre instituciones ha sido fundamental para la realización de Russafa Escènica. El diputado de Cultura, Paco Teruel, ha destacado el impacto positivo que el festival ha tenido en el sector escénico, reconociendo que ha estimulado la actividad cultural como nunca antes. Este año, la Diputación de València ha destinado 330.000 euros para las artes escénicas, lo que ha permitido que el festival respire financieramente.
Por su parte, el IVC ha asignado 565.000 euros para este año, aunque con un ligero descenso respecto al año anterior. A pesar de que se han presentado 505 solicitudes de ayudas, tanto el director del IVC como el de Russafa Escènica han abogado por una mayor colaboración entre el sector público y privado. Esta colaboración es esencial, ya que involucra a diversas administraciones locales, provinciales y autonómicas, todas trabajando en conjunto para garantizar el éxito del festival.
La situación actual del festival refleja un panorama más amplio del sector cultural en la Comunitat Valenciana, donde la incertidumbre financiera y la falta de recursos estables son desafíos comunes. La necesidad de repensar la tipología de ayudas es urgente, y los organizadores han propuesto que estas sean bianuales o nominativas, como ha sucedido con la Diputación de València este año. Esto podría proporcionar una mayor seguridad y permitir a los organizadores planificar con más confianza.
Russafa Escènica no solo es un festival; es un punto de encuentro para artistas, organizadores y el público, que se unen para celebrar la creatividad y la diversidad de las artes escénicas. A medida que se acerca la fecha de inicio, la comunidad cultural de València espera que las ayudas necesarias se resuelvan a tiempo, permitiendo que el festival se lleve a cabo sin contratiempos y continúe su legado de 15 años de apoyo a las artes escénicas en la región.
