La cultura fallera en València es un fenómeno que trasciende generaciones, y en este contexto, la historia de Rebeca Mayor se destaca por su singularidad. Desde su infancia, Rebeca ha estado inmersa en el mundo de las Fallas, una tradición que forma parte de su identidad familiar. Su padre, miembro de la comisión desde niño, y su madre, también involucrada, han influido en su vida de manera significativa. Esta conexión familiar con las Fallas ha llevado a Rebeca a convertirse en fallera, un papel que ha asumido con orgullo y dedicación.
### La Trayectoria de una Fallera Comprometida
Rebeca Mayor no es solo una fallera; su historia es un testimonio de cómo la pasión por las tradiciones puede coexistir con un fuerte compromiso social. Desde pequeña, su vida ha estado marcada por la promesa de convertirse en fallera mayor. Sin embargo, su camino no fue lineal. A pesar de su amor por las Fallas, Rebeca también se destacó en el deporte, específicamente en el baloncesto. A los doce años, tuvo que tomar una decisión crucial: continuar su carrera deportiva o seguir el legado familiar en las Fallas. Optó por el baloncesto, pero siempre con la esperanza de que algún día podría asumir el rol de fallera mayor.
Finalmente, esa oportunidad llegó. Rebeca ha superado las etapas iniciales de la selección y se encuentra en la fase de eliminatorias directas, un proceso que ha sido tanto emocionante como desafiante. La comunidad de su falla, Ramiro de Maeztu-Leones, ha experimentado la alegría de alzar el título de campeón, lo que añade un nivel extra de orgullo a su participación. La elección de Carla García como fallera mayor infantil de València fue un momento significativo para ella, recordando la emoción y el nerviosismo que sintió al celebrar ese logro con sus compañeros.
### Vocación y Compromiso Social
Más allá de su papel en las Fallas, Rebeca es psicóloga y trabaja en una vivienda tutelada para personas adultas con problemas de salud mental. Este trabajo, que ella describe como vocacional, ha sido una parte fundamental de su vida. Aunque inicialmente pensó en dedicarse al ámbito jurídico y forense, su experiencia en el trabajo social la llevó a descubrir su verdadera pasión. En su día a día, Rebeca se enfrenta a retos significativos, apoyando a personas que necesitan asistencia emocional y práctica para mejorar su calidad de vida.
En su trabajo, Rebeca gestiona dos viviendas tuteladas, una con siete plazas y otra con cinco, donde ayuda a los residentes a dar pasos hacia la independencia. Su enfoque se centra en ver a las personas más allá de sus diagnósticos, reconociendo que cada uno de ellos tiene una historia y un potencial que merece ser apoyado. Rebeca comparte que los logros, aunque pequeños, son significativos. Por ejemplo, ayudar a alguien a reducir sus compulsiones es un triunfo en su trabajo.
La experiencia de Rebeca en el ámbito social no se limita a su trabajo actual. Antes de unirse a la vivienda tutelada, trabajó en una ONG enfocada en el sinhogarismo femenino, lo que le proporcionó una perspectiva amplia sobre las dificultades que enfrentan las personas en situaciones vulnerables. Su compromiso con el bienestar de los demás es evidente en cada aspecto de su vida, y su trabajo no solo es una carrera, sino una extensión de su deseo de hacer una diferencia en la comunidad.
### La Influencia Familiar y la Identidad Personal
La influencia de su familia es un hilo conductor en la vida de Rebeca. Su nombre, que proviene de una película que su madre siempre quiso que llevara, simboliza la conexión entre generaciones. Además, el tatuaje que lleva en su antebrazo, una estrella polar, representa la unión y el apoyo que se brindan entre mujeres de su familia. Este símbolo de poder femenino es un recordatorio constante de la fortaleza que ha heredado y que busca transmitir a las futuras generaciones.
La vida de Rebeca Mayor es un ejemplo de cómo la tradición y la modernidad pueden entrelazarse. Su dedicación a las Fallas y su compromiso con el bienestar de las personas dependientes reflejan una dualidad que enriquece su identidad. En un mundo donde a menudo se espera que uno elija un camino, Rebeca demuestra que es posible abrazar múltiples pasiones y hacer una contribución significativa tanto a la cultura como a la sociedad. Su historia es un testimonio de la riqueza de la experiencia humana, donde la tradición se encuentra con la vocación y el compromiso social.