Las familias del CEIP Cervantes de Sueca han vuelto a manifestarse, por segundo día consecutivo, a las puertas del colegio para denunciar las deficiencias que presenta el edificio, las cuales se han agravado tras la caída de parte del falso techo durante las intensas lluvias del lunes. Padres, madres y alumnos han reivindicado la necesidad de contar con «un colegio seguro», utilizando cascos y cacerolas como símbolo de su protesta. Durante la manifestación, la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) del CEIP Cervantes ha denunciado la falta de acciones por parte de la Conselleria de Educación. «No aceptaremos más excusas ni retrasos mientras nuestro colegio siga en peligro», han insistido.
La comunidad educativa ha señalado que las protestas continuarán hasta que se encuentre una solución. El temporal, que ya había sido reportado, provocó el desprendimiento del falso techo de un aula situada en la primera planta del edificio. Tras una revisión exhaustiva, el Ayuntamiento de Sueca y la Conselleria de Educación decidieron clausurar este espacio, lo que ha llevado al centro a reubicar a cerca de cien alumnos de diversas clases en otros espacios del centro y en un edificio municipal. Además, también se ha tenido que trasladar el servicio de cocina y comedor.
Este incidente no es aislado, ya que se trata del segundo desprendimiento en los últimos años. La comunidad educativa recuerda que ya ocurrió un incidente similar hace unos años, afortunadamente sin causar daños personales. La situación se ha repetido tras las recientes lluvias. Ante las deficiencias estructurales del edificio, los diputados Gerard Fullana (Compromís) y Benjamín Mompó (PSPV) han decidido alzar la voz ante el Consell para reclamar acciones urgentes.
El diputado socialista y vecino de la capital de la Ribera Baixa, Benjamín Mompó, trasladó la protesta al conseller de Educación, José Antonio Rovira, a quien le entregó simbólicamente la pancarta utilizada por las familias para exigir mejoras urgentes. Mompó, quien también estuvo presente en la manifestación celebrada el miércoles a las puertas del colegio, y tras reunirse con la directora del centro, denunció que las deficiencias del CEIP Cervantes «ponen en riesgo tanto la seguridad de los niños y niñas como la de los docentes» y reclamó una respuesta inmediata de la Conselleria.
El diputado socialista fue categórico al exigir acciones inmediatas: «Es necesario, imprescindible y prioritario poder realizar las mejoras pertinentes para garantizar la seguridad de los usuarios de todas las instalaciones públicas y, especialmente, en este caso, de las dependientes de Educación. No podemos permitir que los niños y las niñas de Sueca estudien en condiciones que ponen en riesgo su integridad», señaló desde la tribuna. En palabras de Mompó, «los niños de Sueca merecen estudiar en centros dignos y seguros, y no en instalaciones que caen a trozos».
La situación en el CEIP Cervantes ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión exhaustiva de las infraestructuras educativas en la región. La comunidad educativa ha expresado su preocupación por la falta de atención a las necesidades de mantenimiento y mejora de los edificios escolares, lo que podría comprometer la seguridad de los estudiantes y el personal docente. Las familias han decidido no cesar en sus protestas hasta que se tomen medidas concretas y efectivas para solucionar los problemas estructurales del colegio.
Las manifestaciones han atraído la atención de la comunidad local, así como de medios de comunicación y políticos, quienes han comenzado a mostrar su apoyo a la causa. La presión social se ha intensificado, y se espera que las autoridades respondan a las demandas de las familias y se comprometan a realizar las mejoras necesarias en el CEIP Cervantes. La seguridad de los estudiantes debe ser una prioridad, y es fundamental que se tomen acciones inmediatas para garantizar un entorno educativo seguro y adecuado.
Las familias del CEIP Cervantes han demostrado una gran unidad y determinación en su lucha por un colegio seguro. A medida que continúan sus protestas, la comunidad educativa espera que su voz sea escuchada y que se tomen medidas concretas para abordar las deficiencias del edificio. La situación actual no solo afecta a los estudiantes y docentes del CEIP Cervantes, sino que también plantea interrogantes sobre la gestión y el mantenimiento de las infraestructuras educativas en toda la región. La comunidad está atenta a las respuestas de las autoridades y espera que se priorice la seguridad y el bienestar de los estudiantes en todas las decisiones futuras.