En un contexto donde la economía europea busca revitalizarse, un think tank europeo ha presentado una propuesta innovadora que podría transformar la manera en que los ciudadanos de la Unión Europea gestionan sus ahorros. La iniciativa sugiere extender el modelo de cuenta de ahorro ISK de Suecia a todos los países miembros, con el objetivo de movilizar hasta 4,8 billones de euros en inversiones productivas durante la próxima década. Este enfoque se basa en el estudio titulado «Designing Savings and Investment Accounts in the EU», elaborado en colaboración con la gestora Fidelity.
### La Cuenta de Ahorro ISK: Un Modelo a Seguir
La cuenta ISK, que ha demostrado ser un éxito en Suecia, ha logrado acumular activos equivalentes al 29% del PIB del país en solo diez años. Este éxito se atribuye a su diseño sencillo y flexible, así como a los incentivos fiscales que ofrece. En este sentido, el informe destaca que el 38% de los hogares españoles mantiene su dinero en cuentas y depósitos bancarios, lo que refleja una tendencia similar en otros países europeos, como Polonia y Alemania.
El estudio propone diez recomendaciones clave para que los responsables políticos de la UE puedan fomentar el ahorro y la inversión en el continente. Entre estas medidas se incluyen la simplificación de los trámites para abrir cuentas de ahorro, la implementación de incentivos fiscales atractivos, la eliminación de límites de depósito elevados y la promoción de la inversión en activos europeos. Estas acciones no solo buscan aumentar la tasa de inversión, sino también contribuir al crecimiento económico general de la región.
### Estrategias para Canalizar el Ahorro hacia Inversiones Productivas
La propuesta de New Financial se alinea con los esfuerzos de la Comisión Europea, que recientemente ha lanzado una estrategia para incentivar el ahorro y las inversiones en la UE. Parte de este plan implica motivar a los hogares a destinar una porción de sus depósitos en efectivo, que actualmente generan bajos rendimientos, hacia inversiones a largo plazo más productivas. La creación de la etiqueta «Finance Europe» es otra de las iniciativas que busca identificar productos de ahorro que canalicen más capital hacia la economía europea.
Con casi 11 billones de euros en efectivo en 2023, cualquier cambio en el comportamiento de ahorro de los europeos podría tener un impacto significativo en la economía. New Financial estima que, si se adoptaran cuentas similares a la ISK en toda la UE, podrían atraer entre 1,5 y 4,8 billones de euros en inversiones en la próxima década. Este potencial de movilización de capital es crucial, dado que las reservas de capital a largo plazo de la UE son considerablemente menores que las de Estados Unidos y el Reino Unido.
El informe también subraya que, aunque los europeos son grandes ahorradores, no siempre son grandes inversores. Gran parte de su capital permanece ocioso en efectivo, lo que erosiona su valor y limita la oportunidad de contribuir a la prosperidad a largo plazo. Maximilian Bierbaum, director de investigación de New Financial y autor principal del informe, enfatiza que con las herramientas políticas adecuadas, es posible cambiar esta situación. Ejemplos exitosos como el ISK en Suecia, la TFSA en Canadá y la ISA en el Reino Unido demuestran que unas cuentas bien diseñadas pueden alterar el comportamiento de ahorro e inversión a gran escala.
La propuesta de extender la cuenta ISK a toda la UE no solo busca mejorar la situación financiera de los ciudadanos europeos, sino también fortalecer la economía del continente en su conjunto. Con un horizonte mínimo de inversión de cinco años y un enfoque en la renta variable, se espera que al menos un 70% de los activos se inviertan en empresas europeas. Esto no solo fomentará la inversión productiva, sino que también contribuirá al crecimiento económico sostenible en la región.
En resumen, la iniciativa presentada por New Financial representa una oportunidad única para que la Unión Europea movilice su capital ocioso hacia inversiones que generen un impacto positivo en la economía. Con el respaldo de políticas adecuadas y un enfoque en la educación financiera, es posible que los europeos se conviertan en inversores más activos, contribuyendo así a un futuro económico más próspero para todos.