La reciente muerte de Leonard Lauder a los 91 años en Nueva York marca el cierre de un capítulo significativo en la historia de la cosmética. Como hijo de Estée y Joseph Lauder, Leonard no solo continuó el legado familiar, sino que lo transformó en un imperio global que hoy se valora en más de 80.000 millones de dólares. Su enfoque discreto y su estilo de liderazgo clásico lo convirtieron en una figura influyente en el sector, a pesar de su preferencia por mantenerse alejado de los reflectores.
Nacido en 1933, Lauder se graduó en la Universidad de Wharton y completó su formación en la Columbia Business School. Sin embargo, su educación más valiosa provino de su experiencia directa en el negocio familiar, donde aprendió sobre la importancia del prestigio y la atención al detalle. Desde 1972 hasta 1995, ocupó el cargo de presidente de Estée Lauder Companies, y de 1982 a 1999 fue su CEO. Durante su mandato, la compañía no solo creció en tamaño, sino que también diversificó su portafolio al adquirir y lanzar más de 30 marcas icónicas, como Clinique, Aveda y MAC Cosmetics.
### Un Filántropo Apasionado por el Arte
Más allá de su éxito empresarial, Leonard Lauder fue un destacado filántropo, especialmente en el ámbito del arte. Su colección de cubismo es considerada una de las más importantes del mundo y fue donada al Metropolitan Museum of Art en 2013, con un valor estimado en más de 1.000 millones de dólares. Esta donación no solo refleja su amor por el arte, sino también su compromiso con la cultura y la educación. A lo largo de su vida, Lauder apoyó diversas causas, incluyendo la investigación sobre el Alzheimer y el cáncer de mama, lo que demuestra su deseo de hacer una diferencia en la sociedad.
A pesar de su éxito, Lauder era conocido por su humildad y su enfoque en la amabilidad. Su hijo, William Lauder, quien ha asumido roles de liderazgo en la empresa, destacó en un comunicado que su padre era un hombre caritativo que creía firmemente en que el arte y la educación debían ser accesibles para todos. Esta filosofía de vida ha dejado una huella profunda en la cultura corporativa de Estée Lauder y en la industria de la belleza en general.
### Innovaciones y Tendencias en la Belleza
Leonard Lauder también fue pionero en varias innovaciones dentro de la industria de la belleza. Su apodo, el «gurú del lápiz labial», proviene de su creación del «índice del pintalabios», una teoría que sugiere que las ventas de cosméticos, especialmente labiales, tienden a aumentar en tiempos de crisis. Esta observación se basa en la idea de que las personas buscan pequeños placeres y formas de autocuidado durante momentos difíciles, lo que ha influido en las estrategias de marketing de muchas marcas.
En sus memorias, «La compañía que mantengo: Mi vida en la belleza», publicadas en 2020, Lauder comparte su visión sobre el negocio y su enfoque hacia la vida. A través de su narrativa, se puede apreciar su sentido del humor y su perspectiva equilibrada sobre el éxito y los desafíos. A pesar de su retiro oficial, continuó siendo una figura activa en la empresa, ocupando un cargo honorífico y participando en diversas iniciativas benéficas.
Lauder también fue fundamental en la transición del liderazgo a la siguiente generación, asegurando que los valores y la visión de la empresa se mantuvieran intactos. Su legado no solo se mide en términos financieros, sino también en la forma en que ha influido en la cultura empresarial y en la percepción de la belleza en la sociedad moderna.
La muerte de Leonard Lauder es una pérdida significativa para la industria de la belleza y para todos aquellos que se beneficiaron de su visión y generosidad. Su funeral privado, al que asistirán familiares y amigos, será un momento para recordar a un hombre que no solo construyó un imperio, sino que también dejó un impacto duradero en la vida de muchas personas. En lugar de flores, la familia ha solicitado donativos a fundaciones que apoyan la investigación sobre el cáncer de mama y el Alzheimer, reflejando su compromiso con causas que mejoran la vida de los demás. La historia de Leonard Lauder es un testimonio de cómo la pasión, la dedicación y la amabilidad pueden transformar no solo un negocio, sino también el mundo que nos rodea.