La historia de la Transición española es un periodo complejo y lleno de matices, especialmente en la Comunitat Valenciana, donde la violencia política jugó un papel crucial en el desarrollo del autogobierno. Este artículo explora los episodios de violencia que marcaron la lucha por la autonomía en la región, así como las implicaciones políticas que tuvieron en el proceso autonómico.
La violencia política en la Comunitat Valenciana durante la Transición no puede ser ignorada. Un caso emblemático es el de Miquel Grau, un joven militante del Movimiento Comunista del País Valenciano (MCPV), quien fue asesinado en 1977 mientras pegaba carteles en Alicante. Este trágico evento es solo uno de los 519 episodios violentos documentados por el historiador Borja Ribera, quien ha actualizado su obra sobre la violencia en la Transición. Ribera sostiene que la percepción de la Transición como un periodo pacífico es un mito, y que la violencia en la Comunitat Valenciana tiene características únicas que la diferencian del resto de España.
### La Excepción Valenciana: Un Contexto de Violencia
La investigación de Ribera revela que de los 519 episodios catalogados, 320 están relacionados con la violencia de la ultraderecha. Estos incluyen atentados con bomba, asaltos, amenazas y agresiones. En contraste, solo 50 actos de violencia están vinculados a la izquierda. Esta disparidad resalta la naturaleza del conflicto en la región, donde la ultraderecha no solo ejerció violencia, sino que también logró influir en el proceso político de manera significativa.
La violencia no fue un fenómeno aislado, sino que estuvo intrínsecamente ligada a la lucha por el autogobierno. En un contexto donde el PSPV (Partido Socialista del País Valenciano) emergía como una fuerza política clave, la presión de grupos ultraderechistas buscaba desvirtuar el proceso autonómico y limitar la influencia de sectores nacionalistas. La manifestación del 12 de julio de 1976, que reunió a 120,000 personas bajo el lema «Per la llibertat, per l’amnistia, per l’estatut d’autonomia», es un claro ejemplo de la movilización popular en favor de la autonomía, pero también de la respuesta violenta que esta provocó.
La Batalla de València, como se conoce a este periodo de confrontación, no fue una lucha equitativa. Ribera argumenta que la violencia fue utilizada como un instrumento para forzar un cambio en la dirección política de la región. En este sentido, la ultraderecha logró sus objetivos, condicionando el proceso preautonómico y debilitando a los sectores más nacionalistas y de izquierda.
### Cambios en el PSPV y el Impacto de la Violencia
La violencia política tuvo un impacto directo en la evolución del PSPV y su postura respecto a la identidad valenciana. En un contexto de creciente presión, el partido se vio obligado a modificar su discurso y sus reivindicaciones. El Document d’Alacant, que marcó la unión del PSOE y el PSPV, originalmente abogaba por el reconocimiento de una comunidad de vínculos lingüísticos y culturales con Cataluña. Sin embargo, con el tiempo, estas reivindicaciones fueron desdibujándose, especialmente tras el congreso de Benicàssim en 1982, donde el PSPV renunció a sus esencias nacionalistas.
Este cambio no fue solo una cuestión de estrategia política, sino una respuesta a la violencia y la presión ejercida por grupos ultraderechistas. La violencia, que había comenzado a manifestarse en forma de ataques a librerías y amenazas a activistas, se convirtió en un factor determinante en la reconfiguración del panorama político valenciano. La presión de la ultraderecha no solo buscaba silenciar a la izquierda, sino también borrar cualquier referencia a una identidad valenciana que pudiera estar vinculada a Cataluña.
La historia de la Transición en la Comunitat Valenciana es, por lo tanto, una historia de resistencia y adaptación. A medida que la violencia se intensificaba, el PSPV se vio obligado a replantear su enfoque hacia la autonomía y la identidad, lo que a su vez afectó el desarrollo del Estatut de Autonomía. La ultraderecha, al lograr sus objetivos, convirtió el proceso autonómico en una «excepción» dentro del contexto español, donde la lucha por la autonomía se vio marcada por la violencia y la represión.
La memoria de estos eventos es crucial para entender la historia reciente de la Comunitat Valenciana y su camino hacia el autogobierno. La violencia política no solo dejó una huella en la sociedad, sino que también moldeó el futuro político de la región, estableciendo un precedente que aún resuena en la actualidad. La lucha por la autonomía en la Comunitat Valenciana es, en última instancia, un reflejo de las complejidades de la identidad y la política en España, donde la historia de la violencia y la resistencia sigue siendo relevante.