El mar Mediterráneo, con sus aguas cálidas y ricas en nutrientes, ha sido el hogar de una joya gastronómica muy apreciada en la Comunidad Valenciana: la clòtxina. Este molusco, que se cultiva en bateas en el puerto de València, ha enfrentado diversos desafíos en los últimos años, desde cambios climáticos hasta la competencia con otros productos del mar. Sin embargo, su sabor y calidad continúan atrayendo a los amantes de la buena comida, especialmente durante la temporada alta de verano.
**El Cultivo de la Clòtxina en el Puerto de València**
Las bateas, estructuras flotantes donde se cultivan las clòtxinas, son un elemento esencial en este proceso. Estas grandes parrillas de madera, algunas de las cuales incluyen casetas de antiguas embarcaciones, permiten que los moluscos se adhieran a cuerdas especiales. El proceso de cultivo es meticuloso y requiere atención constante. Los criaderos de clòtxina han sido reubicados recientemente cerca de la terminal de Grimaldi, un cambio que, aunque parece paradójico por la cercanía de grandes buques, ha resultado beneficioso. Según José Luis Peiró, presidente de la Asociación de Clochineros, el movimiento de las aguas generado por la entrada de estos barcos ayuda a mantener la temperatura adecuada y a enriquecer el agua con nutrientes.
Sin embargo, la clòtxina no está exenta de riesgos. Las olas de calor y las lluvias intensas pueden afectar su recolección. Si las precipitaciones superan los cinco litros por metro cuadrado, las clòtxinas deben permanecer en el agua durante tres días antes de ser enviadas a la depuradora, un proceso que asegura su calidad. Este control riguroso es fundamental para mantener la reputación de la clòtxina como un producto de alta calidad.
**La Clòtxina como Producto Turístico**
La temporada 2025 ha marcado un hito en la promoción de la clòtxina no solo como un alimento, sino también como una experiencia turística. Se han implementado excursiones que llevan a los visitantes a las bateas, donde pueden aprender sobre el proceso de cultivo y disfrutar de degustaciones de clòtxina fresca. Esta iniciativa, en colaboración con la empresa Boramar, busca conectar a los turistas con la tradición local y fomentar un mayor aprecio por este producto autóctono.
El evento de la «Entrada de la Clòtxina», celebrado en el Mercat del Cabanyal, ha sido una celebración del patrimonio gastronómico valenciano. Durante esta festividad, se pone de relieve la importancia de la clòtxina en la cultura local y se promueve su consumo. La clòtxina, a menudo considerada superior al mejillón por su sabor más delicado, se ha ganado un lugar especial en la mesa de los valencianos, especialmente en los meses de verano.
Además, la combinación de clòtxina con cava, un vino espumoso típico de la región, ha sido destacada como un maridaje perfecto, elevando aún más la experiencia gastronómica. Este tipo de iniciativas no solo benefician a los productores locales, sino que también contribuyen al desarrollo del turismo en la región, atrayendo a visitantes interesados en la gastronomía y la cultura valenciana.
A pesar de los desafíos que enfrenta, la clòtxina valenciana sigue siendo un símbolo de la riqueza marina de la región. Con un enfoque en la sostenibilidad y la promoción de su consumo, los productores de clòtxina están trabajando para asegurar que este tesoro del mar continúe siendo parte de la identidad gastronómica de València por muchos años más. La combinación de tradición, innovación y un enfoque en la calidad son clave para el futuro de la clòtxina, que sigue siendo un producto muy valorado tanto por los locales como por los turistas que visitan la región.