En la última edición del informe «¿Cómo comemos en la Comunitat Valenciana?», se ha revelado que los valencianos y valencianas obtienen un «bien» en su alimentación, con una calificación de seis sobre diez. Este estudio, realizado por el Colegio Oficial de Diestistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (Codinucova), muestra que, aunque no ha habido mejoras significativas desde la edición anterior en 2023, la situación es más favorable en comparación con el 2018, cuando la puntuación fue de solo tres, lo que se consideraba un claro insuficiente.
Uno de los aspectos más destacados del informe es la tendencia a reducir el consumo de bollería y ultraprocesados, aunque este cambio no se traduce en un aumento proporcional en la ingesta de frutas y verduras. Luis Cabañas, presidente de Codinucova, señala que, aunque se están eliminando productos menos saludables, la disminución en el consumo de frutas y verduras es preocupante. Esto sugiere que la alimentación saludable no está alcanzando el nivel que debería, lo que plantea un desafío para la salud pública en la región.
### Cambios en los Hábitos Alimentarios
El informe también destaca la necesidad de aumentar el consumo de legumbres, que han caído en desuso en la dieta diaria de los valencianos. María Alonso, responsable de Proyectos de Codinucova, explica que la falta de tiempo, la escasa presencia de legumbres en platos precocinados, la disminución de la tradición culinaria y la falta de educación alimentaria son factores que contribuyen a esta situación. A pesar de que se están haciendo esfuerzos para mejorar la dieta, el consumo de legumbres sigue siendo bajo.
Además, se han identificado tendencias preocupantes, como el abuso de bebidas energéticas y alcohol, especialmente entre los adolescentes. Este fenómeno se ha convertido en un «problema serio», ya que se observa un aumento en el consumo de estas sustancias a edades cada vez más tempranas. La falta de alternativas saludables y la influencia de las redes sociales, donde los jóvenes buscan emular los ideales físicos de los influencers, agravan la situación. Los riesgos asociados con el consumo excesivo de bebidas energéticas incluyen ansiedad, taquicardias, insomnio y deterioro cognitivo.
Por otro lado, el informe también señala un aumento en la popularidad de dietas antiinflamatorias y «plant based», que se refiere a la dieta mediterránea centrada en alimentos de origen vegetal. Este cambio puede estar motivado tanto por razones éticas como por preocupaciones de salud, lo que ofrece una perspectiva esperanzadora para el futuro de la alimentación en la Comunitat Valenciana.
### Desafíos en la Alimentación de los Jóvenes
Una de las novedades más alarmantes del informe es el empeoramiento de la alimentación en la franja de edad de más de 45 años, que ha visto una disminución en la ingesta de verduras y hortalizas. Este deterioro es especialmente notable durante la cena, donde la dejadez y el cansancio juegan un papel importante. La soledad, que afecta cada vez más a los adultos mayores, también contribuye a una alimentación menos saludable.
Sin embargo, los menores de 18 años siguen siendo los que peor se alimentan, con un alto consumo de bollería, ultraprocesados, pan y cereales, y una baja ingesta de hortalizas, verduras, legumbres y pescado. A pesar de esto, María Alonso menciona que hay indicios de una ligera mejora en la dieta de los jóvenes, aunque aún queda un largo camino por recorrer. Las meriendas y cenas son las comidas más problemáticas, y se señala que las familias tienen un papel crucial en la mejora de los hábitos alimentarios.
La educación alimentaria se presenta como una solución clave para abordar estos problemas. Es fundamental implementar programas educativos tanto en las escuelas como entre los adultos, para fomentar patrones de compra más saludables y mejorar la capacidad de los consumidores para leer las etiquetas de los productos. La promoción de una dieta equilibrada, como la que propone el «plato Harvard», que sugiere que un 50% del plato debe estar compuesto por verduras, frutas y hortalizas, un 25% de alimentos proteicos y un 25% de cereales y tubérculos, podría ser un paso significativo hacia una alimentación más saludable en la región.
El informe de Codinucova pone de manifiesto tanto los avances como los retos que enfrenta la alimentación en la Comunitat Valenciana. Si bien se han logrado progresos en ciertos aspectos, es evidente que se requiere un esfuerzo conjunto para abordar las deficiencias y promover una dieta más equilibrada y saludable entre la población.