Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad Federal de Juiz de Fora en Brasil y la Universidad de Virginia en Estados Unidos ha llevado a cabo un estudio pionero que explora la conexión entre los recuerdos de vidas pasadas (PLM, por sus siglas en inglés) y la salud mental de los adultos. Este análisis se realizó con el apoyo de la Fundación BIAL y se centró en 402 adultos que afirmaban tener recuerdos de vidas anteriores. Los resultados de la investigación han revelado hallazgos sorprendentes sobre cómo estas experiencias pueden estar relacionadas con diversas patologías mentales, así como con la felicidad y la espiritualidad de los individuos.
La creencia en vidas pasadas y la reencarnación es un fenómeno cultural extendido a nivel global. Según estudios previos, no existe un país en el que la mayoría de la población niegue la posibilidad de una vida después de la muerte. En Brasil, por ejemplo, el 66% de los ciudadanos cree que probablemente existe vida tras la muerte, mientras que un 33% sostiene que la reencarnación es una realidad. Este contexto cultural, que abarca una variedad de creencias religiosas y espirituales, proporciona un marco interesante para el estudio de los recuerdos de vidas pasadas.
### Características de los Recuerdos de Vidas Pasadas
El estudio se centró en caracterizar el perfil sociodemográfico de los participantes, así como las características de sus recuerdos y su bienestar psíquico. La muestra tenía una edad media de 41,6 años, con un predominio femenino del 79% y un alto nivel educativo, ya que el 68% de los participantes contaba con estudios superiores. Más de la mitad de los encuestados (54,5%) se identificó como espiritista o involucrado en prácticas espirituales, y un impresionante 91% se consideró “muy” o “moderadamente” espiritual.
Los recuerdos de vidas pasadas, en su mayoría, surgieron de manera espontánea, con una edad promedio de 19,9 años en el momento de su primera aparición. Entre las características asociadas a estos recuerdos, el 54% de los participantes reportó tener una marca de nacimiento o un defecto físico que relacionan con su vida pasada. Además, un 30% describió tener intereses o atracciones inusuales, y el 71% mencionó haber experimentado fobias en la infancia, muchas de las cuales persisten en la edad adulta.
### Impacto en la Salud Mental y el Papel de la Espiritualidad
Uno de los hallazgos más significativos del estudio fue la alta prevalencia de síntomas asociados a trastornos mentales entre los participantes. El 46% de los encuestados presentó síntomas de ansiedad, depresión u otros trastornos psicológicos, que a menudo estaban vinculados a las fobias o filias infantiles. Además, el 36% de los participantes mostró síntomas compatibles con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), especialmente aquellos que habían experimentado fobias persistentes desde la niñez.
A pesar de la alta incidencia de malestar psicológico, la investigación también destacó el papel protector de la religiosidad y la espiritualidad. Los participantes que reportaron mayores niveles de fe y práctica espiritual tendieron a experimentar un mayor grado de felicidad y un menor número de síntomas de trastornos mentales. Este dato sugiere que las creencias trascendentales pueden actuar como un estabilizador emocional, ayudando a las personas a afrontar experiencias inusuales que podrían impactar su salud mental.
Sandra Maciel de Carvalho, autora principal del estudio, enfatizó la importancia de estos hallazgos, afirmando que los recuerdos de vidas pasadas pueden ser más comunes de lo que se pensaba y están asociados con un sufrimiento significativo. Esto resalta la necesidad de una mayor investigación y un manejo clínico adecuado para abordar este fenómeno en el contexto de la salud mental.
La investigación también sugiere que los recuerdos de vidas pasadas podrían estar relacionados con traumas infantiles que persisten en la memoria, o que las experiencias traumáticas pueden fomentar la creación de «falsas» memorias de vidas pasadas como un mecanismo de significado personal. Esta perspectiva abre la puerta a futuras investigaciones que profundicen en la prevalencia de este fenómeno y sus raíces psicológicas, así como en la mejor manera de abordarlo terapéuticamente.
En resumen, el estudio revela una compleja interrelación entre los recuerdos de vidas pasadas, la salud mental y la espiritualidad, sugiriendo que estos elementos pueden influir significativamente en el bienestar emocional de los individuos. La investigación no solo aporta nuevos conocimientos sobre un tema fascinante, sino que también plantea importantes preguntas sobre cómo se pueden abordar estos recuerdos en el ámbito clínico y terapéutico.
