La política española se encuentra en un momento crucial, con el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, intensificando su campaña electoral en un intento por captar el descontento ciudadano hacia el Gobierno de Pedro Sánchez. Con una estrategia que busca atraer tanto a votantes de la izquierda moderada como a los de la derecha, Feijóo se prepara para una movilización masiva el próximo 8 de junio en Madrid, bajo el lema ‘Democracia o mafia’. Esta manifestación, que contará con la presencia de expresidentes del Gobierno como José María Aznar y Mariano Rajoy, es parte de un esfuerzo más amplio para canalizar el creciente malestar social que rodea al actual Ejecutivo.
La ambición de Feijóo es clara: alcanzar los 10 millones de votos, un objetivo que representa casi dos millones más de los que el PP obtuvo en las elecciones generales del 23 de julio de 2023, donde logró 8.160.837 votos, equivalentes al 33,06% del total. Para lograr este objetivo, el líder del PP se inspira en las victorias históricas de sus predecesores, Aznar y Rajoy, quienes alcanzaron cifras similares en sus respectivas mayorías absolutas. Feijóo busca atraer a votantes socialistas que se sienten decepcionados con el Gobierno actual, así como a aquellos de Vox que están dispuestos a cambiar de papeleta en busca de un nuevo rumbo político.
### Estrategia Electoral: Atraer a Todos los Sectores
La estrategia de Feijóo se basa en un enfoque ‘atrapalotodo’, que intenta interpelar a diferentes sectores del electorado. Según las encuestas, el PP se encuentra actualmente en una posición favorable, liderando con aproximadamente cinco puntos de ventaja sobre el PSOE. Sin embargo, el líder del PP es consciente de que la fragmentación del voto entre su partido y Vox podría costarle la mayoría absoluta. En este sentido, ha enfatizado la importancia de una unidad electoral que evite que el voto se divida, lo que podría resultar en una pérdida significativa de escaños.
El último sondeo de Sociométrica indica que un 6,9% de los votantes que apoyaron a Sánchez en las elecciones de julio ahora se inclinan por Feijóo. Este cambio representa un aumento considerable en comparación con hace seis meses, lo que sugiere que el líder del PP está logrando captar la atención de un electorado que busca alternativas al actual Gobierno. En números absolutos, esto se traduce en más de medio millón de votos que el PP está robando al PSOE, un caladero que Feijóo pretende seguir explotando.
Además, el líder del PP no descuida a los votantes de Vox, a quienes les ha transmitido el mensaje de que su voto por el PP es un paso hacia el cambio de Gobierno. Este enfoque dual es fundamental para su estrategia, ya que busca consolidar su posición como la principal alternativa al Gobierno progresista.
### Preparativos para el Futuro: Un Plan B en Caso de No Alcanzar la Mayoría
A pesar de su optimismo, Feijóo también está preparando un plan alternativo en caso de que no logre una mayoría absoluta. En caso de obtener una ‘mayoría suficiente’, su intención es gobernar en solitario, emulando la estrategia de Aznar en 1996. En aquella ocasión, el PP, aunque no obtuvo la mayoría absoluta, logró formar un Gobierno gracias a pactos con partidos regionales y nacionalistas. Feijóo ha dejado claro que su objetivo es evitar la fragmentación del voto y conseguir el apoyo necesario para desalojar a Sánchez de La Moncloa.
El líder del PP también ha manifestado su creencia de que las elecciones anticipadas no se llevarán a cabo hasta 2027, lo que le da tiempo para consolidar su estrategia y preparar a su partido para las próximas elecciones en Castilla y León y Andalucía, dos bastiones tradicionales del PP. En este contexto, el cónclave del partido en julio será crucial, ya que se actualizará el ideario del PP, sentando las bases para su futuro programa electoral.
Con un panorama político en constante cambio y un electorado cada vez más exigente, la capacidad de Feijóo para conectar con los ciudadanos y presentar una alternativa viable al Gobierno actual será determinante en su búsqueda por alcanzar la Moncloa. La presión está sobre él, y el tiempo dirá si su estrategia dará los frutos esperados en las próximas elecciones.
