Cada dos años, los policías y bomberos de todo el mundo se reúnen en un evento deportivo único: los Juegos Olímpicos dedicados exclusivamente a quienes velan por la seguridad de los ciudadanos. Esta competición, que incluye diversas modalidades, atrae a un número significativo de participantes de la región de Murcia, quienes, además de estar en buena forma física por su trabajo, tienen un fuerte deseo de competir. En la reciente edición celebrada en Birmingham, Alabama, un destacado representante español fue Antonio Núñez Penalva, un Policía Nacional que, a sus casi 44 años, ha demostrado ser un atleta excepcional.
Antonio Núñez, un ex judoca con un impresionante historial deportivo, regresó de los juegos con una medalla de oro individual y una de plata en la categoría mixta, junto a una compañera de Melilla. La prueba más exigente en la que participó fue el TCA (Último Competidor Vivo), que se asemeja al decatlón en atletismo, donde se evalúan la fuerza, resistencia, explosividad y velocidad de los competidores. En esta modalidad, los participantes deben superar ocho pruebas que incluyen carreras, natación, escalada y levantamiento de pesas, entre otras.
La trayectoria de Núñez en el deporte es notable. Desde los cinco años, ha estado vinculado al judo, alcanzando el cinturón negro y compitiendo hasta los 26 años, cuando una hernia discal lo obligó a retirarse. Sin embargo, su pasión por el deporte nunca ha disminuido. En 2022, debutó en los Juegos Olímpicos de Seguridad en Rotterdam, donde ya se alzó con el oro. Este año, en Birmingham, logró nuevamente el primer puesto en la categoría de master 40 de peso pesado, destacando su dedicación y esfuerzo.
El TCA, que combina resistencia y fuerza, fue una revelación para Núñez. Al enterarse de esta modalidad a través de internet, decidió participar, atraído por la idea de competir a nivel internacional. «Los mundiales de policías y bomberos comenzaron en los años ochenta, y me informé a través de páginas web. Me puse en contacto con la Federación de Atletismo de California y así fue como me involucré», comenta Núñez. Su entusiasmo por el deporte y la competencia lo han llevado a entrenar intensamente, dedicando al menos una hora y media diaria a su preparación física, además de participar activamente en las actividades extraescolares de sus tres hijos.
A pesar de su éxito, Núñez no se conforma. En Birmingham, aunque obtuvo el oro individual, se quedó con un sabor agridulce al perder el título en la categoría mixta por solo diez segundos. La competencia fue reñida, y aunque lideraron durante gran parte de las pruebas, una pareja de bomberos de Madrid logró adelantarles en la última prueba. «Tenemos un pequeño pique con ellos y espero que el próximo año en el Europeo podamos resarcirnos», afirma con determinación.
El próximo evento en el que participará será en 2026, en los Juegos Europeos que se celebrarán en Italia. A pesar de los desafíos que presenta la edad y la vida familiar, Núñez se siente optimista. «Aún, pese a que tengo 44 años, hago buenos tiempos. Los jóvenes de 20 años se recuperan más rápido, pero yo tengo que encontrar el equilibrio entre mi trabajo, mis hijos y el entrenamiento», explica. Su compromiso con el deporte y su deseo de seguir compitiendo son evidentes, y su historia es un testimonio inspirador de cómo la pasión y la dedicación pueden llevar a logros extraordinarios.
La participación de Núñez en estos juegos no solo resalta su habilidad atlética, sino también el espíritu de camaradería y competencia que caracteriza a estos eventos. Los Juegos Olímpicos de Seguridad son una plataforma donde los profesionales de la seguridad pueden demostrar su destreza y dedicación, y Antonio Núñez es un claro ejemplo de ello. Su historia es un recordatorio de que, independientemente de la edad o las circunstancias, siempre hay espacio para la competencia y el crecimiento personal en el ámbito deportivo.