La historia geológica del Mar Rojo es un fascinante relato de transformación y resiliencia. Hace 6,2 millones de años, esta vasta cuenca marina se convirtió en un desierto salino tras un descenso drástico en el nivel del mar. Este evento, que dejó huellas visibles en el fondo marino, ha sido objeto de estudio reciente, revelando detalles sorprendentes sobre cómo la región ha cambiado a lo largo del tiempo.
### La Desecación del Mar Rojo
El Mar Rojo, conocido hoy por su biodiversidad y su importancia como ruta marítima, experimentó un evento catastrófico que lo llevó a desaparecer por completo. Durante un periodo de aproximadamente 100.000 años, la cuenca se secó, transformándose en un inhóspito desierto de sal. Este fenómeno fue desencadenado por la Crisis de Salinidad del Mesiniense, un evento geológico que también afectó al Mar Mediterráneo, restringiendo su conexión con el Océano Atlántico y provocando su desecación casi total.
Investigaciones recientes han utilizado datos sísmicos, fósiles y geoquímicos para reconstruir este periodo crítico. Los científicos han identificado una superficie de erosión a gran escala en el lecho marino, conocida como «discordancia angular», que revela cómo las capas de sedimentos más antiguas fueron truncadas y aplanadas por la intensa erosión. Esta erosión fue tan severa que afectó incluso a las grandes estructuras de sal que se encontraban en el fondo marino.
Los núcleos de roca extraídos del subsuelo han proporcionado evidencia clara de este cambio. Justo debajo de la superficie de erosión, se encuentran gruesas capas de evaporitas, como sal y anhidrita, que carecen de fósiles, lo que indica un ambiente hipersalino que no podía sostener vida. Sin embargo, por encima de esta línea, los sedimentos de carbonatos y las plataformas de arrecifes están repletos de microfósiles marinos, datados en 6,2 millones de años, lo que sugiere una transición abrupta de un desierto salino a un mar lleno de vida.
### El Renacimiento del Mar Rojo
El renacimiento del Mar Rojo no se debió a una recuperación gradual desde el Mediterráneo, sino a una inundación masiva que se produjo desde el sur. Tras quedar aislado del norte, se formó una barrera volcánica que separó al Mar Rojo del Golfo de Adén y, por ende, del Océano Índico. Esta inundación monumental talló un cañón submarino de 320 kilómetros de largo y 8 de ancho a través de los umbrales volcánicos de Hanish y Mandab, llenando la vasta cuenca vacía.
Este evento marcó un punto de inflexión en la historia geológica de la región, ya que el Mar Rojo se desconectó permanentemente del Mediterráneo y estableció su primera conexión con el Océano Índico. Esta nueva configuración no solo alteró el mapa geográfico, sino que también redefinió la biología de la zona, permitiendo la llegada de diversas especies marinas del Indo-Pacífico, como lo demuestran los fósiles encontrados en el lecho marino.
La investigación sobre este fenómeno no solo resuelve un debate que ha durado más de 50 años sobre la extensión de la desecación en la región, sino que también ofrece una visión de la naturaleza dinámica y a menudo violenta de nuestro planeta. La capacidad de la Tierra para hacer desaparecer y renacer mares enteros es un recordatorio de la complejidad de los procesos geológicos que moldean nuestro entorno.
El estudio de la desecación y el posterior renacimiento del Mar Rojo es un testimonio de la historia geológica de la Tierra y su capacidad para adaptarse y cambiar. A medida que los científicos continúan explorando estos eventos, se espera que surjan más descubrimientos que nos ayuden a comprender mejor cómo estos procesos han influido en la biodiversidad y la geografía de la región en la actualidad.