El FC Barcelona ha conmemorado un evento significativo en su historia: el centenario de la controversia que rodeó la interpretación del himno nacional español durante un partido amistoso en 1925. Este episodio, que tuvo lugar el 14 de junio, ha sido recordado por el club como un acto de resistencia y protesta en un contexto político complicado, marcado por la dictadura de Primo de Rivera. La historia detrás de este evento no solo refleja la identidad del club, sino también el clima social y político de la época.
### Un Acto de Protesta en un Contexto Turbulento
El partido amistoso entre el FC Barcelona y el CE Júpiter se celebró en el antiguo campo de Les Corts. En ese momento, el himno de España fue interpretado por marinos de un barco inglés que se encontraba en el puerto de Barcelona. Sin embargo, lo que debería haber sido un momento de unidad se convirtió en un acto de desafío. Los aficionados del Barcelona, en un gesto de descontento hacia el régimen de Primo de Rivera, comenzaron a abuchear y silbar el himno. Este acto espontáneo fue interpretado como una manifestación de anhelo democrático en un periodo donde la libertad de expresión estaba severamente restringida.
La reacción de las autoridades fue inmediata. Joaquín Milans del Bosch, el gobernador civil de Barcelona, decidió clausurar el club durante seis meses como castigo por el comportamiento de los aficionados. Esta sanción no solo afectó al equipo en términos deportivos, sino que también marcó un hito en la historia del club, convirtiéndose en un símbolo de resistencia contra la opresión.
El FC Barcelona, en su comunicado conmemorativo, ha enfatizado que este acto no fue simplemente un rechazo al Estado español, sino una protesta contra la dictadura. La narrativa del club ha evolucionado con el tiempo, y ahora se presenta como un momento de orgullo y resistencia, un recordatorio de la lucha por la libertad y la democracia.
### La Reacción del Club y la Memoria Histórica
Tras la clausura, el FC Barcelona intentó apelar a la decisión del gobernador, argumentando que no podían ser responsables de los actos de los aficionados. En su carta, el club expresó que sería injusto responsabilizarlos por un acto que no podían controlar, especialmente en un evento de espectáculo público. Sin embargo, la sanción se mantuvo, y el club estuvo inactivo durante medio año, lo que tuvo un impacto significativo en su trayectoria.
Cuando el FC Barcelona volvió a la actividad en diciembre de 1925, el ambiente había cambiado. La proclamación de la Segunda República Española trajo consigo un nuevo aire de libertad y euforia popular. Este cambio permitió que el club organizara un homenaje al Orfeó Català, que había sido el motivo original del partido amistoso contra el Júpiter. Este evento se convirtió en un símbolo de la resiliencia del club y su capacidad para adaptarse a los cambios sociales y políticos.
El recuerdo de aquel 14 de junio de 1925 ha sido reinterpretado por el FC Barcelona a lo largo de los años. En la actualidad, el club no solo celebra el acto de protesta, sino que también lo utiliza como una herramienta para reforzar su identidad como un símbolo de la lucha por la libertad y la democracia. Este enfoque ha resonado profundamente entre los aficionados, quienes ven en la historia del club un reflejo de sus propias aspiraciones y luchas.
El FC Barcelona ha sabido capitalizar este legado, convirtiendo un episodio de controversia en una narrativa de orgullo. La conmemoración del centenario de este evento no solo es un recordatorio de la historia del club, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el papel del deporte en la sociedad y su capacidad para influir en el cambio social.
A medida que el FC Barcelona avanza hacia el futuro, el recuerdo de aquel día de 1925 sigue vivo. La historia del club está intrínsecamente ligada a la lucha por la libertad y la justicia, y este aniversario es una oportunidad para recordar y celebrar esos valores que han definido al Barcelona a lo largo de su historia. La relación entre el club y sus aficionados se fortalece a través de estos relatos, creando un sentido de comunidad y pertenencia que trasciende el deporte mismo.