El reciente debate en torno al cambio de tilde en la denominación de la ciudad de València ha puesto de manifiesto las tensiones lingüísticas y culturales que persisten en la región. Este cambio, que busca modificar la pronunciación de la ciudad de un acento abierto a uno cerrado, ha generado una serie de reacciones y posturas encontradas entre los diferentes actores políticos y sociales. La discusión no solo se centra en la lengua, sino que también refleja una lucha más amplia sobre la identidad cultural y el reconocimiento de las lenguas cooficiales en España.
### La Propuesta de Cambio de Tilde: Contexto y Reacciones
La propuesta de cambiar la tilde en València ha sido impulsada por el gobierno local, que ha decidido iniciar su tramitación y trasladar la consulta a la Generalitat Valenciana. Este proceso incluye la participación de la Academia Valenciana de la Llengua (AVL), que tiene la responsabilidad de regular el uso del valenciano. Sin embargo, el debate ha tomado un giro inesperado, convirtiéndose en un campo de batalla ideológico donde se enfrentan diferentes visiones sobre el uso del valenciano y el castellano.
Uno de los puntos más controvertidos ha sido la intervención de Borja Sanjuán, quien ha calificado el cambio de tilde como una «declaración de intenciones» del gobierno, argumentando que busca invisibilizar la lengua valenciana. Sanjuán, que se autodenomina «no nacionalista», sostiene que este cambio es parte de una estrategia más amplia para eliminar la diversidad cultural en la región. Según él, el gobierno está priorizando el castellano sobre el valenciano, lo que representa una jerarquía lingüística que desmerece la lengua local.
Por otro lado, el concejal de Cultura, José Luis Moreno, defendió la propuesta argumentando que el cambio está respaldado por un estudio de un filólogo y busca adaptarse a la pronunciación de la población local. Moreno citó ejemplos de otras lenguas donde se han realizado cambios similares en la pronunciación, argumentando que la administración debe reflejar la realidad fonética de sus ciudadanos. Este enfoque ha sido criticado por algunos, quienes consideran que se trata de un intento de desvirtuar la identidad valenciana.
### Identidad Cultural y Lengua: Un Debate Más Amplio
El debate sobre el cambio de tilde en València no es solo una cuestión lingüística; es un reflejo de las tensiones culturales y políticas que existen en la comunidad. La discusión ha puesto de manifiesto la polarización entre aquellos que defienden una identidad valenciana diferenciada y aquellos que abogan por una visión más unificada con el resto de España. Esta polarización se ha visto acentuada por la intervención de partidos políticos como Vox, que han utilizado el debate para posicionarse en contra del «catalanismo» y defender una visión de València que consideran más acorde con la identidad española.
El portavoz de Vox, José Gosálbez, argumentó que el cambio de tilde es un intento de imponer una forma «catalanizada» de la lengua, y que València debe ser reconocida tanto en español como en valenciano. Esta postura ha sido criticada por otros concejales, quienes han señalado que el debate debería centrarse en la riqueza cultural de la región y no en la imposición de una identidad única. La intervención de Pere Fuset, quien cuestionó la falta de uso del valenciano por parte de la alcaldesa, también resalta la necesidad de un compromiso real con la lengua local por parte de los líderes políticos.
La AVL, que se encuentra en el centro de esta controversia, ha sido objeto de críticas por parte de algunos sectores que consideran que su autoridad está siendo socavada. La discusión sobre el cambio de tilde ha revelado la falta de consenso en torno a la lengua y la identidad en València, lo que plantea preguntas sobre cómo se puede avanzar hacia un modelo de convivencia que respete y valore la diversidad cultural.
En este contexto, el debate sobre la tilde en València se convierte en un microcosmos de las luchas más amplias que enfrenta la sociedad española en relación con la lengua, la identidad y el reconocimiento cultural. La forma en que se resuelva esta controversia podría tener implicaciones significativas para el futuro de la lengua valenciana y su lugar en la sociedad española. A medida que la discusión continúa, queda claro que el camino hacia un entendimiento mutuo y un respeto por la diversidad cultural será un desafío que requerirá diálogo y compromiso por parte de todos los actores involucrados.