En el corazón de Barcelona, un joven de 25 años ha sido detenido por la Policía Nacional tras ser acusado de acosar a numerosas mujeres, muchas de ellas turistas. Este individuo, conocido como el ‘Casanova’, utilizaba un enfoque engañoso para acercarse a sus víctimas, grabando sus interacciones sin su consentimiento y publicando los videos en plataformas como TikTok. La operación, denominada ‘Casanova’, ha revelado un modus operandi inquietante que ha generado preocupación en la sociedad sobre el acoso sexual y la explotación de la tecnología en este contexto.
### La Estrategia del Acosador
El joven se acercaba a las mujeres con frases aparentemente inofensivas, como: «Una cosa, ¿hablas español? Te vi y me llamaste la atención. Solo quiero saludarte». Sin embargo, detrás de esta fachada se escondía un plan mucho más siniestro. Según las investigaciones, el objetivo del acosador era grabar a las mujeres y luego utilizar esos videos para promocionar sus cursos de «técnicas de seducción». Estos cursos, que ofrecía a precios exorbitantes, prometían enseñar a los hombres a convertirse en «hombres magnéticos» y a desarrollar habilidades sociales para atraer a las mujeres.
Los precios de sus cursos variaban, alcanzando hasta 3.000 euros, con cuotas mensuales de 45 euros. También ofrecía un «curso de seducción consciente» por 999 euros y la posibilidad de unirse a una «Comunidad de Hombres Expertos en Seducción» por 199 euros. La naturaleza de estos cursos y la forma en que eran promocionados han suscitado un debate sobre la ética de tales enseñanzas y su impacto en la percepción de las relaciones entre hombres y mujeres.
### La Captura de las Víctimas
Los videos grabados por el ‘Casanova’ mostraban a las mujeres en situaciones vulnerables, donde él les hacía preguntas sobre su estancia en Barcelona, sus rutinas y preferencias personales. Utilizaba una cámara oculta, probablemente en sus gafas o en un dispositivo similar, lo que hacía casi imposible que las víctimas se dieran cuenta de que estaban siendo grabadas. La mayoría de las mujeres en los videos eran extranjeras y no hablaban español, lo que complicaba aún más la situación.
Una de las víctimas, una joven de 23 años, se presentó ante la Policía después de que un conocido le enviara un video de TikTok en el que aparecía hablando con el acosador. En su denuncia, relató cómo el hombre se acercó a ella mientras compraba cerca de la plaza Cataluña, haciéndole preguntas personales antes de intentar forzar un contacto físico. A pesar de que ella se negó, el acosador persistió, lo que llevó a la joven a sentirse amenazada y a buscar ayuda policial.
La denuncia de esta joven fue solo la punta del iceberg. La Policía Nacional descubrió que el acosador había grabado a al menos 239 mujeres, muchas de las cuales no tenían idea de que sus interacciones estaban siendo documentadas y compartidas en redes sociales. Los videos alcanzaron cientos de miles de visitas, y los comentarios en línea a menudo eran despectivos hacia las víctimas, lo que añade una capa de humillación y trauma a la experiencia de ser acosada.
### La Cultura del Acoso y la Normalización
Este caso ha puesto de relieve una problemática más amplia: la normalización del acoso sexual en la sociedad y la forma en que las plataformas digitales pueden ser utilizadas para perpetuar este comportamiento. La idea de que un hombre puede acercarse a una mujer en la calle, grabarla sin su consentimiento y luego monetizar esa interacción es un reflejo de una cultura que a menudo minimiza el consentimiento y la autonomía de las mujeres.
Los tutoriales que el acosador grababa para sus alumnos incluían consejos sobre cómo abordar a las mujeres y cómo manejar el rechazo. En sus mensajes, alentaba a los hombres a ver el proceso de seducción como un juego, donde el rechazo era simplemente parte de la dinámica. Esta mentalidad no solo es problemática, sino que también puede llevar a comportamientos peligrosos y a la desensibilización ante el acoso.
La detención del ‘Casanova’ es un paso importante en la lucha contra el acoso sexual, pero también plantea preguntas sobre cómo se puede educar a las nuevas generaciones sobre el respeto y el consentimiento. La sociedad debe reflexionar sobre cómo se pueden prevenir situaciones similares en el futuro y cómo se puede fomentar un entorno donde las mujeres se sientan seguras y respetadas en espacios públicos.
En resumen, el caso del ‘Casanova’ en Barcelona es un recordatorio de que el acoso sexual sigue siendo un problema grave que necesita ser abordado con urgencia. La combinación de tecnología y comportamientos depredadores requiere una respuesta colectiva que incluya educación, legislación y un cambio cultural profundo.