La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de 2025 ha traído consigo una serie de sorpresas y desilusiones para muchos estudiantes en la Comunidad Valenciana. Este año, las expectativas eran altas, pero los resultados han sido un verdadero revés para una gran parte del alumnado. La dificultad del examen, considerada la más alta desde 2019, ha llevado a una caída significativa en las calificaciones, lo que ha generado un aumento en el número de estudiantes que se preparan para una segunda convocatoria.
La PAU, que tradicionalmente ha sido un momento crucial en la vida académica de los jóvenes, ha mostrado este año un panorama preocupante. Muchos estudiantes que habitualmente obtenían calificaciones sobresalientes se han encontrado con notas que apenas alcanzan el aprobado. Este fenómeno ha sido especialmente evidente en instituciones educativas donde se esperaba un rendimiento alto. Mireia Fabra, una estudiante del IES Almussafes, compartió su experiencia: «Mi media en Latín es de 7 y saqué un 4,15. Varias amigas de 9 han sacado un 6. Estamos todas pidiendo revisión porque no nos esperábamos esta nota». La frustración es palpable entre los estudiantes, quienes se ven obligados a replantear sus estrategias para acceder a la universidad.
El aumento en la cantidad de estudiantes que se presentarán a la segunda convocatoria es notable. Normalmente, estas pruebas adicionales son poco concurridas, pero este año se espera que sean excepcionales. Esto se debe a dos factores principales: primero, los estudiantes afectados por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) recibieron un mes adicional para prepararse, y segundo, muchos buscan mejorar sus calificaciones tras los resultados decepcionantes de la primera convocatoria. La incertidumbre que rodea a las notas de corte para las carreras universitarias añade una capa extra de estrés. David Giménez, otro estudiante del IES Almussafes, expresó su preocupación: «Pasaremos un mes con mucho malestar. Suponemos que las notas de corte han bajado, pero no tenemos forma de saber que es así».
La PAU de este año ha puesto de manifiesto un cambio en la tendencia de calificaciones, que había estado en aumento desde el inicio de la pandemia. Durante los últimos años, las facilidades otorgadas a los estudiantes para adaptarse a las circunstancias excepcionales habían llevado a un incremento en las notas, lo que ha generado un debate sobre la calidad de la educación y la equidad en el acceso a la universidad. Algunos educadores argumentan que las medidas implementadas durante la pandemia, aunque bien intencionadas, han terminado por perjudicar a los estudiantes al inflar artificialmente las calificaciones.
### La Inflación de Notas y sus Consecuencias
La situación actual ha suscitado un debate sobre la calidad educativa y la equidad en el acceso a las universidades. La PAU, que anteriormente era un filtro riguroso para el ingreso a la educación superior, ha visto cómo las calificaciones se inflaban en los últimos años. Esto ha llevado a una percepción de que las notas no reflejan el verdadero rendimiento académico de los estudiantes. Un informe reciente del Observatorio del Sistema Universitario (OSU) ha revelado que los estudiantes de centros privados y concertados tienden a obtener calificaciones significativamente más altas que sus pares en institutos públicos, lo que plantea interrogantes sobre la equidad en el sistema educativo.
La diferencia en las calificaciones entre los distintos tipos de centros educativos ha llevado a muchos estudiantes a buscar alternativas, como inscribirse en ciclos formativos, en caso de que no logren acceder a la universidad. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre y ansiedad entre los jóvenes, quienes se sienten presionados no solo por las calificaciones, sino también por la competencia creciente en el acceso a las carreras más demandadas.
La PAU de 2025 no solo ha sido un examen, sino un reflejo de las tensiones existentes en el sistema educativo. La presión por obtener buenas calificaciones y la necesidad de cumplir con las expectativas familiares y sociales han llevado a muchos estudiantes a experimentar un estrés significativo. La búsqueda de soluciones para mejorar sus resultados en la segunda convocatoria es una respuesta natural a la desilusión inicial, pero también plantea preguntas sobre la preparación y el apoyo que reciben los estudiantes en su camino hacia la educación superior.
En este contexto, es fundamental que tanto las instituciones educativas como las autoridades competentes evalúen las políticas implementadas en los últimos años y consideren ajustes que puedan beneficiar a todos los estudiantes. La educación debe ser un camino accesible y justo, donde las calificaciones reflejen verdaderamente el esfuerzo y el conocimiento adquirido por los alumnos. La PAU de 2025 ha sido un llamado de atención sobre la necesidad de revisar y mejorar el sistema educativo, asegurando que todos los estudiantes tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial sin las cargas de un sistema que puede resultar desigual.
