El 20 de octubre de 2025, España se vio sumida en una crisis sin precedentes debido a la caída de Amazon Web Services (AWS), que afectó gravemente a los sistemas de pago en todo el país. Esta situación ha llevado a miles de comercios, restaurantes y negocios a regresar a la era del efectivo, generando un caos logístico y una profunda frustración entre los consumidores. La incapacidad de realizar transacciones digitales ha puesto en jaque la economía diaria, evidenciando la vulnerabilidad de la infraestructura tecnológica del país.
**Impacto en el Sistema Financiero**
La caída de AWS no solo ha afectado a plataformas de entretenimiento y educación, como Canva y Duolingo, sino que ha tenido repercusiones directas en el sistema bancario español. Entidades financieras de gran envergadura, como CaixaBank y Santander, han reportado serios problemas operativos. Además, servicios de pago como Bizum y las tarjetas de crédito han dejado de funcionar, lo que ha llevado a una paralización de las transacciones financieras. Esta situación ha creado largas colas en los comercios, donde la frase «solo aceptamos efectivo» se ha convertido en un mantra cotidiano.
La dependencia de la nube de Amazon para la infraestructura de pagos ha puesto de manifiesto la fragilidad del sistema financiero español. La falta de alternativas viables ha dejado a millones de consumidores y pequeños empresarios en una situación precaria, obligándolos a lidiar con pérdidas económicas significativas. La incapacidad para procesar pagos digitales ha generado una hemorragia económica que afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y a los autónomos, quienes dependen en gran medida de las transacciones electrónicas para su supervivencia.
**Dependencia Tecnológica y Soberanía Digital**
Este incidente resalta un problema más amplio: la falta de soberanía tecnológica en Europa. Se estima que el 90% de los datos europeos están alojados en la nube de empresas estadounidenses, lo que convierte a la región en un blanco vulnerable ante fallos en la infraestructura tecnológica. La caída de AWS no es solo un inconveniente temporal; es un recordatorio de que Europa carece de un plan de contingencia ante la dependencia de grandes corporaciones tecnológicas extranjeras.
Sancho Lerena, CEO de Pandora FMS y experto en gestión IT, ha señalado que esta falta de soberanía no solo implica pérdidas económicas, sino que también afecta la ciberseguridad del continente. La inoperatividad de los sistemas de pago y la dependencia de servicios externos debilitan la capacidad de Europa para proteger su infraestructura digital. En un contexto geopolítico cada vez más complejo, esta vulnerabilidad se convierte en un asunto de seguridad nacional.
La Asociación Española de Banca (AEB) y otros organismos están bajo presión para emitir comunicados oficiales sobre la situación. Mientras tanto, la recuperación del servicio de AWS se ha convertido en una prioridad urgente para garantizar la estabilidad económica de España. La crisis actual pone de relieve la necesidad de desarrollar una infraestructura tecnológica más robusta y menos dependiente de actores externos.
La situación actual también plantea interrogantes sobre el futuro de los sistemas de pago en España y Europa. La dependencia de la tecnología de terceros puede resultar en un riesgo significativo para la economía, especialmente en un mundo donde la digitalización avanza a pasos agigantados. La necesidad de alternativas locales y de un enfoque más estratégico hacia la soberanía digital se vuelve cada vez más evidente.
En resumen, la caída de AWS ha desatado una crisis que va más allá de la simple incapacidad para realizar pagos. Es un llamado de atención sobre la fragilidad de la infraestructura tecnológica en España y la urgente necesidad de desarrollar una estrategia que garantice la soberanía digital y la resiliencia económica. La dependencia de grandes corporaciones tecnológicas no solo afecta la economía, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la seguridad y la estabilidad del sistema financiero en un mundo cada vez más interconectado.