La disputa sobre la propiedad de la ermita del Garbí en Estivella ha generado un intenso debate que ha llevado a las autoridades locales a revisar documentos históricos para esclarecer la situación. El empresario y concejal de Vox, José Ramón Mateu, ha afirmado haber adquirido el templo, lo que ha sido desmentido por el ayuntamiento, que sostiene que la ermita es de propiedad municipal. Este conflicto no solo involucra a las autoridades locales, sino que también ha captado la atención de medios de comunicación a nivel nacional, lo que ha contribuido a la polarización de opiniones en la comunidad.
La controversia se ha intensificado debido a las afirmaciones de Mateu sobre la historia de la ermita y su relación con la fonda que se encontraba en el lugar. Según el empresario, la fonda fue autorizada por el ayuntamiento en el pasado y él ha adquirido tanto la fonda como la ermita de los herederos de quienes la gestionaban. Sin embargo, el consistorio ha presentado documentación que indica que la ermita ha sido siempre un bien público, lo que ha llevado a un enfrentamiento entre las versiones de ambas partes.
### Documentación Histórica y Sus Implicaciones
La historia de la ermita del Garbí se remonta a 1804, cuando fue construida por la comunidad local. Según el cronista oficial, Lluís Mesa, la documentación más antigua del Archivo Municipal muestra que la fonda fue autorizada en 1914, mucho después de que la ermita quedara vacía en 1887. Este hecho es crucial, ya que el empresario ha utilizado información errónea para justificar su reclamación sobre la propiedad del templo. El cronista ha señalado que Mateu ha tergiversado datos históricos en sus declaraciones y en la publicidad que ha distribuido para promover sus planes turísticos en la zona.
Uno de los puntos más controvertidos es la escritura de 1948, en la que el yerno del primer hostalero vendió el lugar a su suegra de manera que el gobierno municipal considera irregular. Esta escritura es la que Mateu ha presentado como prueba de su propiedad, aunque el ayuntamiento la desestima, argumentando que no tiene valor legal para acreditar la propiedad actual. Este desacuerdo ha llevado a un clima de desconfianza y a la posibilidad de acciones legales por parte de Mateu, quien sostiene que la administración ha cometido un error al destruir la fonda sin su consentimiento.
### Reacciones de la Comunidad y el Gobierno Local
La situación ha generado una fuerte reacción entre los vecinos de Estivella, muchos de los cuales apoyan la posición del ayuntamiento. El alcalde, Francesc Mateu, ha declarado que la ermita es un bien municipal y que la ocupación por parte del empresario es ilegal. Esta afirmación ha sido respaldada por el cronista, quien ha enfatizado que la comunidad ha mantenido la ermita a lo largo de los años y que nunca ha tenido un propietario privado.
La llegada de un ermitaño al Garbí, una figura que no se había visto en la zona en décadas, ha añadido un nuevo elemento a la controversia. Aunque algunos vecinos han expresado su sorpresa ante esta figura, el cronista ha señalado que hay referencias históricas a ermitaños en la zona, aunque sin mencionar nombres específicos. Esta nueva dinámica ha llevado a un mayor interés por la historia del lugar y ha reavivado el debate sobre su futuro.
El conflicto por la propiedad de la ermita del Garbí no solo es un asunto legal, sino que también toca temas de identidad cultural y patrimonio comunitario. La comunidad de Estivella se enfrenta a la difícil tarea de reconciliar las aspiraciones de desarrollo turístico del empresario con la necesidad de preservar su historia y su patrimonio. A medida que avanza la disputa, se espera que las autoridades locales continúen investigando y revisando la documentación histórica para llegar a una resolución que respete tanto los derechos de propiedad como la historia del lugar.