Un hombre ha sido condenado a pagar una multa de 12.000 euros tras ser hallado culpable de dos delitos de agresión sexual, uno de ellos contra una menor de 14 años. Los hechos ocurrieron el 11 de julio en una piscina municipal de una localidad de la comarca de la Ribera, donde el acusado agredió a una mujer y a su hija mientras se encontraban en el agua. La Fiscalía había solicitado inicialmente una pena de seis años y medio de prisión, pero tras un acuerdo de conformidad, la pena fue rebajada significativamente.
### Detalles del Caso
La víctima principal, una mujer de 46 años, se encontraba disfrutando de un baño en la piscina cuando el agresor, sin su consentimiento, comenzó a realizarle tocamientos. Según el relato del Ministerio Público, el acusado utilizó primero su pie y luego su mano para llevar a cabo la agresión. Posteriormente, se dirigió a la hija de la mujer, que en ese momento tenía 14 años, y también le realizó tocamientos en el pecho. Ante esta situación, madre e hija decidieron interponer una denuncia el mismo día de los hechos.
Durante el juicio, que tuvo lugar en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, el acusado aceptó un acuerdo con la Fiscalía, que había propuesto una rebaja en la pena. Finalmente, se acordó que el hombre cumpliría una condena de dos años de prisión por la agresión a la menor y de dos años y seis meses por la agresión a la madre, además de la multa de 12.000 euros.
### Medidas de Protección y Vigilancia
Como parte del acuerdo, la Sala ha decidido suspender la ejecución de la pena por un periodo de tres años, siempre que el acusado cumpla con las condiciones impuestas. Entre estas condiciones se incluye el pago de una indemnización de 6.000 euros a cada una de las víctimas por daños morales. Además, se ha establecido una orden de alejamiento que prohíbe al condenado acercarse a menos de 200 metros de cualquier lugar donde se encuentre la menor, así como comunicarse con ella durante los próximos cinco años.
Este caso ha generado una gran preocupación en la comunidad, resaltando la importancia de la seguridad en espacios públicos como las piscinas municipales. Las autoridades han enfatizado la necesidad de crear un ambiente seguro para todas las familias que utilizan estas instalaciones. La respuesta de la comunidad ante este tipo de incidentes es crucial para fomentar un entorno de respeto y protección, especialmente hacia los más vulnerables.
La condena también ha puesto de relieve la importancia de la denuncia en casos de agresión sexual. La valentía de las víctimas al presentar su denuncia ha sido fundamental para que se haga justicia. Las organizaciones que trabajan en la defensa de los derechos de las mujeres y de los menores han aplaudido la decisión judicial, aunque también han señalado que es necesario seguir trabajando en la prevención de estos delitos y en la educación sobre el consentimiento y el respeto mutuo.
La situación en la Ribera, como en muchas otras localidades, refleja un problema más amplio que afecta a la sociedad en su conjunto. La sensibilización sobre la violencia de género y la agresión sexual es un tema que debe ser abordado desde la educación, la cultura y la política. Las instituciones deben colaborar para garantizar que se implementen medidas efectivas que protejan a las víctimas y que se castigue a los agresores de manera contundente.
Este caso es un recordatorio de que la lucha contra la violencia sexual es una responsabilidad compartida. La comunidad debe unirse para crear un entorno donde todas las personas, especialmente las más vulnerables, se sientan seguras y protegidas. La educación y la sensibilización son herramientas clave para prevenir futuros incidentes y para fomentar una cultura de respeto y dignidad entre todos los ciudadanos.