El programa Cuarto Milenio ha sido un referente en la televisión española, abordando temas de misterio y fenómenos inexplicables. En su última entrega, el 8 de junio, la soprano Ainhoa Arteta compartió una experiencia que ha marcado su vida de manera profunda. Durante su conversación con Iker Jiménez y Carmen Porter, Arteta reveló detalles sobre un episodio crítico en su salud que la llevó al borde de la muerte.
### La Intervención Quirúrgica y la Crisis de Salud
Ainhoa Arteta, conocida por su potente voz y su carrera en la ópera, se sometió a una intervención quirúrgica debido a problemas con piedras en la uretra. Sin embargo, lo que comenzó como un procedimiento rutinario se tornó en una pesadilla cuando contrajo una bacteria que le provocó una septicemia. En su relato, Arteta describió cómo fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en helicóptero, donde le informaron que necesitaba ser intubada. «Estaba tumbada con los ojos abiertos, oía las cosas, pero no podía hacer absolutamente nada», confesó, recordando la angustia de ver a un ser querido llorar a su lado.
La gravedad de su estado era tal que los médicos informaron a su familia que le quedaban pocas horas de vida. A pesar de la desesperación, Arteta logró aferrarse a la vida. «Soy alérgica a la penicilina, pero acabaron usándola», explicó, y fue gracias a este medicamento que sus órganos comenzaron a funcionar nuevamente. La artista recordó el día 26 como el momento en que volvió a la vida, una experiencia que describió como un renacer.
### La Experiencia Más Allá de la Vida
Lo que siguió a su recuperación fue un relato que dejó a los presentadores y a la audiencia atónitos. Arteta habló sobre su experiencia en un estado de conciencia alterada, donde no sentía dolor y se sentía feliz. «Recuerdo que había estado en un lugar donde el silencio era de una magnitud, el silencio absoluto, no se oía absolutamente nada y estaba suspendida», relató, describiendo su percepción de estar en una dimensión diferente. La artista mencionó que, aunque veía a sus seres queridos llorando, ella les decía que estaba bien.
Uno de los momentos más emotivos de su relato fue cuando recordó la última imagen que tuvo antes de regresar a la vida: su madre y su tía, quienes ya habían fallecido. «Mi madre era como un aura, reconocí que me agarraba la mano y me sonreía como diciéndome ‘está todo bien’», compartió, lo que añade una capa de espiritualidad a su experiencia. Esta conexión con sus seres queridos fallecidos le hizo reflexionar sobre la vida y la muerte.
Arteta también expresó su frustración al regresar de esa experiencia. «Yo decía ‘con lo bien que estaba yo, por qué tengo que estar aquí’», comentó, lo que refleja la complejidad de sus emociones tras haber estado en un estado de paz y felicidad. Su relato culminó con una afirmación poderosa: «Sé que no morimos. El alma es eterna, no os puedo decir dónde va». Estas palabras resonaron en el público, invitando a la reflexión sobre la vida, la muerte y lo que podría haber más allá.
La participación de Ainhoa Arteta en Cuarto Milenio no solo fue un testimonio de su lucha personal, sino también una invitación a explorar el significado de la vida y la muerte. Su historia ha tocado a muchos, y su valentía al compartir su experiencia puede servir de consuelo y esperanza para aquellos que han enfrentado situaciones similares. La soprano, con su voz y su historia, ha dejado una huella imborrable en la audiencia, recordándonos la fragilidad de la vida y la fortaleza del espíritu humano.