En un rincón de Torrejón de Ardoz, Madrid, se desarrolla una historia desgarradora que ha capturado la atención de muchos. Alba Rodríguez, una madre que ha enfrentado el infierno tras el secuestro de su hija Khaley por parte de su ex pareja, Ahmed, un hombre con un historial de violencia. Desde el 25 de julio de 2022, la vida de Alba ha estado marcada por la angustia y la desesperación, mientras lucha por recuperar a su hija, que ahora se encuentra en Egipto, lejos de su hogar y de su madre.
La historia de Alba comienza con momentos de ternura y alegría, donde madre e hija compartían noches bajo las estrellas, tratando de atrapar la luna. Sin embargo, esa felicidad se desvaneció cuando Ahmed, a pesar de tener una orden de alejamiento, se llevó a Khaley a su país natal. Este acto no solo rompió el vínculo familiar, sino que también expuso a la niña a un entorno desconocido y potencialmente peligroso.
La situación se complica aún más cuando se revela que la familia de Ahmed ha prometido a Khaley en matrimonio con un niño de diez años, un hecho que ha dejado a Alba aterrorizada. «Estamos ante un secuestro», afirma Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos, subrayando que Ahmed no es el padre legal de Khaley. Esta situación ha llevado a Alba a buscar ayuda desesperadamente, intentando recuperar a su hija a través de todos los medios posibles.
**Una Lucha Judicial y Personal**
Alba no se ha quedado de brazos cruzados. En diciembre de 2022, viajó a Egipto con la esperanza de ver a su hija. Sin embargo, su encuentro con Ahmed fue aterrador. A pesar de que pudo ver a Khaley, el reencuentro estuvo lleno de amenazas y violencia. Ahmed la golpeó y la amenazó de muerte, lo que llevó a Alba a buscar ayuda de las autoridades locales y del consulado español. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, y se vio obligada a regresar a España sin su hija.
De vuelta en su país, Alba decidió hacer público su caso, denunciando la situación en varios programas de televisión. Sin embargo, esto solo atrajo más amenazas de Ahmed y su familia, quienes le advirtieron sobre las consecuencias de seguir luchando. En septiembre de 2024, Alba fue atacada en Madrid, donde varios hombres la golpearon, intentando silenciar su voz y su lucha por Khaley. A pesar de las agresiones, Alba continuó denunciando y buscando justicia, aportando pruebas de sus heridas a las autoridades.
La violencia que ha sufrido no es un caso aislado. Desde que comenzó su relación con Ahmed, Alba ha sido víctima de maltrato físico y psicológico. En una ocasión, un vecino alertó a la Guardia Civil tras escuchar gritos en su hogar. Cuando llegaron, encontraron a Alba tirada en el suelo, mientras Ahmed se encontraba dentro de la casa con Khaley. A pesar de las órdenes de alejamiento, Ahmed logró llevarse a la niña a Egipto, donde se deshizo de la pulsera telemática que debía mantenerlo alejado de Alba.
**El Peligro de la Promesa de Matrimonio**
La situación de Khaley es alarmante. A medida que se acerca su quinto cumpleaños, la niña ha sido prometida en matrimonio a un niño de diez años, un hecho que ha generado una gran preocupación entre los defensores de los derechos de la infancia. La posibilidad de que Khaley sea forzada a casarse con un desconocido es una realidad aterradora que mantiene a Alba en un estado constante de ansiedad. La madre teme que su hija sea vendida o desaparecida, un temor que se ha vuelto palpable dada la naturaleza violenta de Ahmed y su familia.
La complicidad de su hermano menor, que aún reside en España, añade otra capa de complejidad a esta situación. Joaquín Amills ha señalado que Ahmed es un delincuente violento, con antecedentes penales y un juicio pendiente en España. La fotografía de Khaley ha sido incluida en las alertas de Interpol, pero el tiempo sigue corriendo y la situación se vuelve cada vez más crítica.
Alba sueña con el día en que pueda recuperar a su hija y volver a salir juntas a perseguir la luna, como solían hacerlo. Su lucha es un recordatorio de la necesidad de proteger a los más vulnerables y de la importancia de tomar en serio los casos de violencia de género y secuestro. Mientras tanto, la historia de Khaley y Alba continúa, marcada por la esperanza y la desesperación en igual medida.