Un incendio devastador en la planta de Psiquiatría del Hospital La Fe de Valencia ha dejado una estela de horror y caos. El siniestro, provocado intencionadamente por un paciente, resultó en la muerte de una mujer de 54 años y la intoxicación de ocho trabajadores. Este incidente ha puesto de relieve la grave problemática del acoso y la violencia de género, así como las deficiencias en la seguridad de los centros hospitalarios.
La historia detrás de este trágico evento involucra a Héctor G. M., un hombre de 34 años con un historial de maltrato y acoso hacia su exmujer y sus hijos. Desde su ingreso en el hospital el 12 de junio, tras ser detenido en el aeropuerto de Valencia, su comportamiento errático y violento se intensificó. Diagnosticado con un trastorno bipolar asociado al abuso de sustancias, su estancia en el hospital se convirtió en un ciclo de fugas y acosos hacia su familia.
### Un patrón de fuga y acoso
Desde su ingreso, Héctor G. M. logró escapar en varias ocasiones, utilizando cada oportunidad para acercarse a su exmujer. A pesar de las restricciones de seguridad en la planta de Psiquiatría, el hombre burló la vigilancia y se presentó en la casa de su exmujer en varias ocasiones. En una de sus escapadas, el 21 de junio, logró acceder a la vivienda, donde su hija, aterrorizada, alertó a la cuidadora sobre la presencia de su padre. Este patrón de comportamiento no solo pone en evidencia la falta de medidas efectivas para proteger a las víctimas de violencia de género, sino que también plantea serias preguntas sobre la capacidad del sistema de salud para manejar casos de pacientes con antecedentes de violencia.
La situación se tornó crítica cuando, el 23 de junio, Héctor G. M. provocó el incendio en su habitación, utilizando un mechero robado para prender fuego a su colchón. Este acto no fue un simple arrebato; fue el culminar de un plan que tenía como objetivo crear una distracción para escapar y continuar su acoso. La tragedia se desató cuando el fuego se propagó, resultando en la muerte de una paciente y la reubicación de otros 80 pacientes a diferentes instalaciones.
### La respuesta del sistema y la seguridad de las víctimas
La respuesta de las autoridades y del hospital ante este incidente ha sido objeto de críticas. A pesar de que la policía fue alertada de las fugas de Héctor G. M., no se tomaron medidas adecuadas para proteger a su exmujer y a sus hijos. La falta de comunicación entre el hospital y las fuerzas de seguridad ha dejado a las víctimas en una situación de vulnerabilidad extrema. La exmujer de Héctor, que había solicitado protección, se encontró en una situación de riesgo sin saber que su exmarido había escapado del hospital.
La situación refleja una alarmante realidad en la que solo una de cada siete mujeres que denuncia maltrato recibe protección efectiva. La falta de recursos y la burocracia en el sistema judicial y policial han contribuido a que muchas mujeres se sientan desprotegidas y vulnerables ante sus agresores. En este caso, la exmujer de Héctor G. M. se vio obligada a tomar precauciones adicionales que no habría considerado si hubiera sabido de la fuga de su exmarido.
El incidente ha generado un debate sobre la necesidad de mejorar la seguridad en los hospitales psiquiátricos y la importancia de una comunicación efectiva entre las instituciones de salud y las fuerzas del orden. La protección de las víctimas de violencia de género debe ser una prioridad, y es fundamental que se implementen medidas más estrictas para garantizar su seguridad.
La historia de Héctor G. M. y el incendio en el Hospital La Fe es un recordatorio escalofriante de las consecuencias que pueden surgir cuando el sistema falla en proteger a las víctimas de violencia. La combinación de problemas de salud mental, antecedentes de violencia y la falta de medidas de seguridad adecuadas ha llevado a una tragedia que podría haberse evitado. Es imperativo que se tomen medidas para abordar estas cuestiones y garantizar que las víctimas de violencia de género reciban la protección y el apoyo que necesitan.