Vicente Andreu, una figura emblemática en la historia del Valencia CF, ha dejado una huella indeleble en el club tras su reciente fallecimiento. Su trayectoria, marcada por momentos de gloria y desafíos, refleja la complejidad de la gestión deportiva en un entorno tan competitivo como el fútbol. Desde su llegada al club hasta su papel en la reconstrucción tras el descenso a Segunda División, Andreu se convirtió en un pilar fundamental en la búsqueda de la estabilidad y el éxito del equipo.
La historia de Andreu en el Valencia CF comenzó en un momento crítico. Tras el descenso a Segunda División, el club enfrentaba una crisis económica que amenazaba su existencia. Junto a Arturo Tuzón, Andreu formó parte de la directiva que se propuso sanear las finanzas del club y devolverlo a la máxima categoría. Este esfuerzo conjunto dio sus frutos rápidamente, logrando el ascenso en un tiempo récord y estableciendo las bases para un futuro más prometedor. La recuperación económica del Valencia CF fue notable, y en pocos años, el equipo alcanzó el subcampeonato, lo que generó una sensación de optimismo entre los aficionados.
Sin embargo, la relación entre Andreu y Tuzón no siempre fue armoniosa. Con el tiempo, surgieron discrepancias que llevaron a Andreu a cuestionar la dirección del club. Esta tensión se intensificó durante la transición hacia la conversión del Valencia en sociedad anónima, un cambio que ambos directivos no apoyaban. Las asambleas de accionistas se convirtieron en escenarios de confrontación, reflejando la creciente división en la gestión del club.
La llegada de Paco Roig a la presidencia en 1993 marcó un nuevo capítulo en la carrera de Andreu. Aunque inicialmente fue nombrado como su mano derecha, las diferencias de carácter entre ambos pronto se hicieron evidentes. La incompatibilidad llevó a Andreu a dimitir, lo que provocó un goteo de salidas de otros directivos que compartían su visión. A pesar de su salida, Andreu continuó involucrándose en la vida del club, uniéndose a plataformas de oposición y manteniendo su compromiso con el Valencia CF.
A lo largo de los años, Andreu experimentó altibajos en su relación con la directiva del club. Su regreso a la primera línea se produjo con la llegada de nuevos presidentes, como Pedro Cortés y Jaime Ortí, quienes le ofrecieron la oportunidad de recuperar su voz en el consejo de administración. Durante este tiempo, Andreu se destacó por su enfoque pragmático y su capacidad para abordar los problemas de manera sensata. Uno de los episodios más recordados de su carrera fue el famoso «caso Ypiranga», que puso de manifiesto las tensiones internas en la gestión del club y culminó en una querella que finalmente fue retirada.
A pesar de su efímera presidencia en 2013, Andreu dejó una marca significativa en el Valencia CF. Su propuesta de redistribución de acciones, «Por un Valencia de los valencianistas», reflejaba su deseo de involucrar a los aficionados en la gestión del club. Sin embargo, esta iniciativa no prosperó, y poco después, Amadeo Salvo asumió la presidencia, un cambio que Andreu anticipó como problemático para el futuro del club. La llegada de Peter Lim como nuevo propietario del Valencia CF marcó el final de una era y el inicio de nuevos desafíos.
A lo largo de su carrera, Vicente Andreu también se destacó en otros ámbitos del fútbol valenciano. Su papel como auditor de cuentas del Levante UD le permitió mantenerse activo en el mundo del deporte, aunque su figura fue desapareciendo gradualmente de la primera línea. A pesar de esto, su legado perdura en la memoria de los aficionados y en la historia del Valencia CF. Su capacidad para navegar por las complejidades de la gestión deportiva, así como su compromiso con el club, lo convierten en una figura respetada y recordada por muchos.
Vicente Andreu no solo fue un directivo del Valencia CF; fue un apasionado del fútbol y un defensor de los valores que representan a la afición. Su historia es un recordatorio de que, en el mundo del deporte, las relaciones humanas y la gestión adecuada son fundamentales para el éxito. La comunidad valencianista lamenta su pérdida, pero su legado seguirá vivo en cada rincón de Mestalla, donde su pasión y dedicación por el club resonarán por siempre.