Un incidente alarmante ha sacudido la localidad de Sueca, donde un vehículo Volkswagen T-Roc fue incendiado en la madrugada de un día de agosto. Este coche pertenecía al actual novio de una mujer que ha denunciado haber sido víctima de acoso y violencia machista por parte de su expareja, un concejal del Partido Popular en Alfara del Patriarca. La situación ha llevado a la denunciante a presentar una queja formal ante las autoridades, pero el proceso judicial ha tomado un giro inesperado.
El incendio del vehículo, que fue marcado con la palabra «Puta» en la puerta, ha sido considerado por la víctima como un acto de intimidación y una manifestación del acoso que ha estado sufriendo desde su ruptura con el concejal. A pesar de la gravedad de la situación, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número seis de València ha decidido sobreseer provisionalmente el caso de acoso, amenazas y maltrato psicológico, argumentando que no se ha demostrado una alteración significativa en la vida cotidiana de la denunciante.
### La respuesta judicial ante el acoso
El juez encargado del caso ha señalado que los contactos entre las parejas en crisis son comunes y que, en ocasiones, pueden dar lugar a intentos de reconciliación. Esta perspectiva ha llevado a la decisión de archivar el caso de acoso, a pesar de que la denunciante ha proporcionado detalles sobre el comportamiento de su expareja, quien supuestamente la ha seguido hasta su gimnasio y ha esperado en la puerta de su casa. En una ocasión, el exconcejal estuvo 48 horas esperando en el portal de su vivienda, lo que ha sido interpretado por la denunciante como un acto de acoso sistemático.
El juez también ha considerado que las expresiones utilizadas por el exconcejal, como «estás jugando con un fuego que no sabes controlar», no tienen la suficiente claridad para ser calificadas como amenazas. Esta decisión ha generado controversia, ya que la acusación particular ha recurrido el sobreseimiento, argumentando que se ha dado crédito a la versión del presunto maltratador sin considerar adecuadamente la declaración de la víctima y la valoración policial del riesgo.
### La complejidad del caso
La situación se complica aún más por el hecho de que el incendio del vehículo sigue siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número tres de Sueca. A pesar de que el Ministerio Fiscal ha argumentado que ambos casos están interrelacionados, el juez no ha calificado el incendio como un acto de violencia machista. Este enfoque ha suscitado críticas, ya que muchos consideran que el incendio del coche de la pareja de la ex del investigado es un acto que debe ser considerado dentro del contexto de la violencia de género.
La acusación ha señalado que el comportamiento del exconcejal, que ha sido exonerado del acoso, no solo es preocupante, sino que también refleja un patrón de conducta que podría poner en riesgo a la víctima. La falta de acción judicial efectiva ha llevado a la denunciante a sentirse desprotegida y ha planteado interrogantes sobre la eficacia del sistema judicial en la protección de las víctimas de violencia machista.
Este caso pone de relieve la necesidad de una mayor atención y sensibilidad por parte de las autoridades judiciales en situaciones de violencia de género. La interpretación de las acciones del exconcejal como meras «coacciones interpretables» ha sido criticada por quienes abogan por una respuesta más contundente ante el acoso y la violencia machista. La denuncia de la víctima y el incendio del vehículo son solo dos ejemplos de un problema más amplio que afecta a muchas mujeres en situaciones similares.
La comunidad de Sueca y más allá está observando de cerca el desarrollo de este caso, que no solo involucra a las partes directamente afectadas, sino que también plantea cuestiones fundamentales sobre cómo se aborda la violencia de género en el sistema judicial. La lucha por la justicia y la protección de las víctimas continúa, y este caso podría ser un punto de inflexión en la forma en que se manejan estos incidentes en el futuro.
