La reciente dana que afectó a València ha puesto de manifiesto la necesidad de una revisión profunda en la gestión de emergencias y la planificación urbana en la región. Los catedráticos de Geografía de la Universitat de València, Joan Romero y Ana Camarasa, han compartido sus reflexiones sobre las lecciones aprendidas y las recomendaciones para el futuro, destacando tanto las sombras como las luces que han surgido de esta tragedia.
La catedrática Ana Camarasa, tras su intervención en el juicio sobre la dana, enfatiza que la gestión de la emergencia no se realizó de manera adecuada, a pesar de que existían herramientas y protocolos que podrían haber mitigado el impacto. La responsabilidad, según ambos académicos, recae principalmente en el gobierno autonómico, que no supo actuar a tiempo ni coordinarse con las diferentes administraciones. Sin embargo, también resaltan la solidaridad ciudadana como un aspecto positivo que ha emergido de esta crisis, así como la oportunidad de aprender de los errores cometidos.
### La Importancia de la Educación y la Conciencia Ciudadana
Uno de los puntos más críticos que ambos catedráticos abordan es la necesidad de educar a la población sobre el riesgo que conllevan fenómenos como la dana. Camarasa señala que la ciudadanía ha pasado por un proceso de aprendizaje forzado, donde la experiencia de la inundación ha hecho que muchos comprendan la importancia de estar preparados y de conocer el territorio en el que viven. La percepción del riesgo ha cambiado, y ahora es fundamental que los ciudadanos exijan a sus gobernantes que actúen con responsabilidad y eficacia.
Romero añade que la comunidad científica ha comenzado a plantear nuevas preguntas sobre el cambio climático y sus efectos. La necesidad de una formación adecuada y de una cultura de prevención es vital para que la población sepa cómo actuar en situaciones de emergencia. La educación no solo debe centrarse en cómo enfrentar una crisis, sino en cómo convivir con el riesgo, lo que implica un cambio de mentalidad en la forma en que se perciben y gestionan estos fenómenos.
### La Geografía como Factor Clave en la Gestión de Emergencias
Ambos académicos coinciden en que la geografía del territorio valenciano ha jugado un papel crucial en la magnitud del impacto de la dana. La región, caracterizada por su orografía montañosa y sus ramblas, es propensa a fenómenos de inundación rápida. Camarasa explica que la falta de atención a los barrancos, que son a menudo ignorados en la planificación urbana, ha contribuido a agravar la situación. La construcción en zonas inundables y la alteración de los cauces naturales han llevado a un aumento en la vulnerabilidad de la población.
Romero enfatiza que la geografía siempre vuelve a recordarnos que debemos respetar la naturaleza. La ocupación desordenada del suelo y la falta de consideración por las dinámicas naturales del agua han llevado a situaciones de riesgo que podrían haberse evitado. La planificación urbana debe incluir una comprensión profunda de la geografía local y de cómo interactúa con el clima, especialmente en un contexto de cambio climático que intensifica la frecuencia e intensidad de estos fenómenos.
### Propuestas para el Futuro
En el seminario organizado por los catedráticos, se discutirán las recomendaciones para mejorar la gestión de emergencias en el futuro. Una de las propuestas clave es la creación de un marco de colaboración entre las diferentes administraciones, que permita una respuesta coordinada y efectiva ante situaciones de crisis. La falta de coordinación observada durante la dana ha sido un obstáculo significativo que debe ser superado.
Además, se plantea la necesidad de implementar soluciones basadas en la naturaleza, que no solo se centren en obras de infraestructura duras, sino que también integren medidas que respeten y restauren los ecosistemas locales. Esto incluye la creación de espacios que permitan la movilidad fluvial y la gestión sostenible del agua, lo que podría ayudar a mitigar los efectos de futuras inundaciones.
La reconstrucción de València tras la dana no solo debe centrarse en la recuperación de infraestructuras, sino también en la reconstrucción de la confianza de la ciudadanía en sus gobernantes. La gestión de la crisis ha dejado una herida profunda en la comunidad, y es fundamental que las autoridades asuman su responsabilidad y trabajen para restaurar la confianza perdida.
La experiencia de la dana de València debe servir como un llamado a la acción para todos los actores involucrados en la gestión del territorio y la protección de la población. La educación, la planificación responsable y la colaboración entre administraciones son esenciales para enfrentar los desafíos que el cambio climático presenta en el futuro.
