La hermosa localidad de Sanlúcar de Barrameda fue el escenario perfecto para la romántica boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres. La ceremonia, que tuvo lugar en la basílica de Nuestra Señora de la Caridad, reunió a familiares y amigos en un ambiente cargado de emoción y alegría. Alberto, hijo de Carlos Herrera y Mariló Montero, llegó al templo acompañado de su madre, mientras que la novia hizo su entrada del brazo de su hermano, Carlos, un momento que conmovió a todos los presentes, especialmente al novio, quien no pudo contener las lágrimas al ver a su futura esposa.
Blanca Llandres deslumbró con un vestido de ensueño diseñado por Nicolás Montenegro, en colaboración con Rocío Crusset, hermana del novio. El vestido, que presentaba un escote cuadrado, un cuerpo drapeado y mangas largas traslúcidas, se complementaba con una falda compuesta por capas y una impresionante cola de seis metros. Este diseño no solo reflejó la elegancia de la novia, sino que también capturó la esencia romántica de la ocasión.
Entre los invitados se encontraban personalidades destacadas como Goyo Cozález y su esposa, Sara García, así como las primas de la novia, Lourdes y Sibi Montes, quienes asistieron con sus parejas. La ceremonia fue aún más especial gracias a la actuación de José Manuel Soto, quien interpretó una pieza musical coordinada por Manuel Marvizón, un amigo cercano de la familia Herrera. Sin embargo, la ausencia del padre de la novia, Carlos Llandres, quien ha estado distanciado de su hija, fue un punto notable en la celebración.
Tras la ceremonia, los recién casados abandonaron la iglesia en un vehículo descapotable, un Citroen Méhari de color naranja adornado con girasoles y margaritas, que simbolizaba la alegría y frescura del nuevo capítulo que comenzaban juntos. La celebración continuó en la Finca Marbella, propiedad de Teresa de la Cierva, donde se llevó a cabo el banquete y la fiesta posterior. En este evento, Blanca lució un segundo vestido, también de Montenegro, que presentaba un diseño de tres capas de volantes, escote halter y una espalda descubierta, inspirado en la moda andaluza y en la icónica figura de Lola Flores.
La historia de amor entre Alberto y Blanca es igualmente conmovedora. Se conocen desde la infancia y han sido amigos durante muchos años, pero fue en el otoño de 2024 cuando su relación dio un giro romántico. Desde entonces, han compartido momentos significativos, incluyendo su primera aparición pública como pareja en la boda de Patricia Cadaval, hija de César Cadaval, en mayo. Solo cinco meses después, la pareja anunció que esperaban su primer hijo, una noticia que llenó de felicidad a sus familias y amigos.
La boda de Alberto y Blanca no solo fue un evento social, sino también un reflejo de la unión de dos familias y la celebración de un amor que ha crecido y evolucionado a lo largo de los años. La combinación de tradición y modernidad en su ceremonia, junto con la presencia de seres queridos, hizo de este día un recuerdo imborrable para todos los asistentes. La pareja, ahora unida en matrimonio, se embarca en una nueva aventura, esperando la llegada de su primer hijo y construyendo un futuro juntos lleno de amor y felicidad.