La reciente controversia en la Comunidad Valenciana ha puesto de manifiesto las tensiones políticas en torno al reconocimiento del valenciano como lengua cooficial. El conseller de Emergencias ha exigido una rectificación al alcalde de Cullera tras no recibir respuesta a sus llamadas, lo que ha desencadenado un debate acalorado en Les Corts sobre la lengua y su estatus. La reprobación de los ministros José Manuel Albares y Diana Morant por parte del PP y Vox ha sido el centro de atención, con acusaciones de desprecio hacia la lengua valenciana.
### La Reprobación de los Ministros: Un Debate Político
La mayoría de Les Corts, respaldada por los votos del PP y Vox, ha decidido reprobar a los ministros Albares y Morant. Esta decisión se basa en la percepción de que ambos han menospreciado la singularidad del valenciano. En particular, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha sido criticado por su negativa a reconocer el valenciano como una lengua oficial de la Comunitat Valenciana. En su lugar, ha afirmado que el Gobierno solo buscará el reconocimiento de lenguas como el catalán, gallego y euskera en el ámbito europeo.
El síndic del PP, Juanfran Pérez Llorca, ha argumentado que la falta de reconocimiento del valenciano es un acto de desprecio hacia más de cinco millones de valencianos. Según él, esta situación no solo afecta a la lengua, sino que también se extiende a otros aspectos como la financiación y la inversión en la región. La reprobación de Morant se ha sumado a la de Albares, ya que se considera que ella también ha contribuido a esta falta de reconocimiento.
Por su parte, Vox ha defendido la enmienda presentada, señalando que la actitud del Gobierno hacia el valenciano es un ejemplo de un “terrorismo moral y político”. José María Llanos, representante de Vox, ha enumerado diversas situaciones que considera hirientes para la Comunitat, argumentando que el Gobierno no solo ignora las necesidades de la región, sino que también se burla de su lengua.
### Respuestas y Críticas desde la Oposición
La respuesta de la oposición ha sido contundente. Jesús Pla, de Compromís, ha calificado la postura del PP como una “impostura”, cuestionando cuántas propuestas han hecho para que el valenciano sea reconocido oficialmente en la Unión Europea. Pla ha señalado que el PP ignora los preceptos de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL) y ha criticado su intento de convertir el valenciano en un conflicto político.
El debate ha tomado un giro personal, con acusaciones de que el PP y Vox están utilizando el tema del valenciano para desviar la atención de otros problemas, como la gestión de la dana. El portavoz adjunto del PSPV, José Chulvi, ha cuestionado la credibilidad del PP en la defensa del valenciano, sugiriendo que su interés en la lengua es meramente político y no refleja un verdadero compromiso con la cultura valenciana.
Chulvi ha instado a los miembros del PP a reflexionar sobre su postura, sugiriendo que su oposición al valenciano es un intento de mantener el poder a expensas de la identidad cultural de la región. La tensión ha escalado, con ambos lados intercambiando acusaciones y defendiendo sus posturas con fervor.
### La Lengua como Herramienta Política
La controversia en torno al valenciano no es solo una cuestión lingüística, sino que se ha convertido en una herramienta política utilizada por diferentes partidos para movilizar a sus bases. El PP y Vox han encontrado en el tema del valenciano una forma de galvanizar a sus votantes, presentándose como defensores de la identidad valenciana frente a lo que consideran un desprecio por parte del Gobierno central.
Por otro lado, partidos como Compromís y PSPV han tratado de posicionarse como los verdaderos defensores de la lengua y la cultura valenciana, argumentando que la reprobación de los ministros es un intento de desviar la atención de problemas más urgentes. Este conflicto ha puesto de relieve las divisiones políticas en la Comunidad Valenciana, donde la lengua se ha convertido en un símbolo de identidad y resistencia.
A medida que el debate avanza, es evidente que el reconocimiento del valenciano y su estatus como lengua cooficial seguirá siendo un tema candente en la política regional. Las tensiones entre los diferentes partidos reflejan no solo diferencias ideológicas, sino también una lucha más amplia por el reconocimiento y la dignidad de la lengua y la cultura valenciana en el contexto español y europeo.
 
									 
					