En el ámbito de la corrupción en España, el caso de Sergio Blasco, sobrino del exconseller Rafael Blasco, ha captado la atención mediática y pública. La trama, que involucra un presunto desfalco en el Hospital General, ha comenzado su fase de juicio, donde se han presentado diversas alegaciones por parte de la defensa, que buscan anular la causa por considerarla una investigación prospectiva.
### La Naturaleza de la Investigación
La defensa de Sergio Blasco ha argumentado que la denuncia presentada por diputadas de Esquerra Unida (EU) carecía de fundamento. Según el letrado, la investigación se inició sin pruebas concretas, lo que se traduce en una búsqueda de evidencias sin un objetivo claro. Este enfoque, conocido como investigación prospectiva, ha sido criticado por la defensa, que sostiene que se trata de una «inquisición general». La denuncia original mencionaba aspectos políticos y empresariales, pero no contenía datos delictivos claros, lo que ha llevado a cuestionar la validez de la misma.
El juicio ha puesto de manifiesto la complejidad del caso, que incluye la construcción de hospitales en Perú y un programa de control de historiales médicos, ambos aspectos que fueron archivados tras la revisión de informes policiales. Sin embargo, la investigación relacionada con el Hospital General ha llegado a la vista oral, lo que ha generado un intenso debate sobre la legalidad de las pruebas obtenidas durante la instrucción.
La defensa ha solicitado la nulidad de la investigación, argumentando que se han excluido hechos relevantes en los autos del juzgado, mientras que la Fiscalía ha incluido otros en su calificación. Este tipo de discrepancias pone de relieve las tensiones entre las partes involucradas y la necesidad de un juicio justo y transparente.
### La Trama de Desvío de Fondos
El caso de Sergio Blasco no solo se limita a su figura, sino que también involucra a varias empresas y personas que, según la acusación, habrían participado en un esquema de desvío de fondos del Hospital General. La trama se ha descrito como operando en tres niveles. En la cúspide se encuentran grandes mercantiles como Out-log, Conectall Systems y Mantenimiento Integrales Turia, que han facturado millones de euros a la Conselleria de Sanidad entre 2005 y 2014.
En un segundo nivel, se encuentran microempresas que, aunque pequeñas, han logrado facturaciones significativas, a menudo vinculadas a las grandes empresas mencionadas. Finalmente, en el escalón más bajo, hay sociedades sin estructura que canalizan ingresos de los niveles superiores. Esta complejidad en la estructura empresarial ha llevado a la acusación a argumentar que existe un entramado diseñado para desviar fondos de manera sistemática.
El juez ha señalado que muchas de estas empresas están dirigidas por personas cercanas a Sergio Blasco, lo que añade una capa de complicidad a la acusación. La defensa, por su parte, ha calificado las acusaciones de «vaguedades», argumentando que la querella no debió ser admitida a trámite en primer lugar, lo que ha llevado a un debate sobre la legitimidad del proceso judicial.
El juicio ha comenzado con un ambiente tenso, donde la defensa ha solicitado que Sergio Blasco no esté presente en todas las sesiones debido a sus compromisos laborales en la República Dominicana, lo que ha sido objeto de discusión en la sala. La situación refleja la complejidad del caso y las múltiples aristas que presenta, tanto desde el punto de vista legal como personal.
A medida que avanza el juicio, se espera que se presenten más pruebas y testimonios que puedan arrojar luz sobre la veracidad de las acusaciones y la naturaleza de la investigación. La saga de Sergio Blasco es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el sistema judicial en la lucha contra la corrupción y la necesidad de garantizar un proceso justo para todos los involucrados.