La pequeña localidad de Montanejos, en la provincia de Castellón, se encuentra en el centro de una creciente crisis social debido a la conducta violenta de una nueva residente. Desde mayo, más de 500 vecinos han alzado la voz para denunciar una situación que consideran insostenible, marcada por amenazas, agresiones y un ambiente de miedo que afecta tanto a los habitantes permanentes como a los visitantes que acuden a disfrutar de su belleza natural.
Montanejos, con una población de 643 habitantes que se multiplica en verano, es conocido por su entorno natural, incluyendo la famosa Fuente de los Baños y un balneario que atrae a miles de turistas. Sin embargo, la llegada de esta nueva vecina ha transformado la tranquilidad del lugar en un escenario de tensión y preocupación. Los residentes han comenzado a recoger firmas, alcanzando un total de 519, para presentar una queja formal ante el Ayuntamiento y el juez de Paz, exigiendo medidas inmediatas que garanticen su seguridad.
Los testimonios de los vecinos son alarmantes. Relatan situaciones de violencia verbal y física, gritos constantes, lanzamiento de objetos desde el balcón y música a alto volumen en horas inapropiadas. Lo más preocupante es que varios niños han expresado su miedo hacia esta persona, quien ha proferido amenazas de muerte que incluyen incluso los nombres de los menores. Las familias se ven obligadas a evitar pasar cerca de su vivienda, lo que ha llevado a un ambiente de angustia y desasosiego en la comunidad.
El alcalde de Montanejos, Miguel Sandalinas, ha reconocido que la situación es compleja. Según él, la residente podría estar enfrentando problemas de salud mental, lo que complica aún más la respuesta de las autoridades. Aunque se han presentado denuncias ante la Guardia Civil y se han elaborado informes por parte de la Policía Local y los Servicios Sociales, el proceso legal es lento y requiere de la intervención de un abogado para continuar. Sandalinas ha lamentado que, a pesar del malestar generalizado, no se puede simplemente expulsar a la persona, ya que se deben seguir los procedimientos legales establecidos.
### La respuesta de la comunidad y las autoridades
La comunidad de Montanejos no se ha quedado de brazos cruzados. Ante la falta de acción efectiva por parte de las autoridades, los vecinos han decidido movilizarse para exigir respuestas. Han solicitado la intervención de la Policía Local y la apertura de un expediente sancionador, así como la posibilidad de llevar a cabo una sesión de mediación. Además, han propuesto que se considere declarar a esta residente como «non grata» en el municipio.
La situación ha generado un debate sobre la seguridad y la convivencia en la localidad. Los residentes temen que la conducta de esta persona pueda desencadenar incidentes más graves, especialmente con la llegada de turistas que podrían no reaccionar bien ante provocaciones. La comunidad ha manifestado su deseo de que se tomen medidas urgentes para evitar que la situación se agrave.
Los vecinos también han planteado la necesidad de evaluar si es pertinente derivar a la residente a un centro de asistencia o inserción social, con el fin de abordar sus posibles problemas de salud mental. Esta propuesta refleja una preocupación no solo por la seguridad de la comunidad, sino también por el bienestar de la persona en cuestión.
### Un entorno natural en peligro
Montanejos es un lugar que atrae a muchos visitantes por su belleza natural y su oferta de actividades al aire libre. Sin embargo, la crisis de convivencia que enfrenta actualmente pone en riesgo no solo la calidad de vida de sus habitantes, sino también la imagen del municipio como destino turístico. La posibilidad de que un incidente violento ocurra en un restaurante o en la vía pública podría disuadir a futuros visitantes, afectando la economía local que depende en gran medida del turismo.
La situación en Montanejos es un claro ejemplo de cómo la llegada de una sola persona puede alterar la dinámica de una comunidad entera. La respuesta de los vecinos, unida y decidida, es un testimonio del deseo de proteger su hogar y su forma de vida. La presión sobre las autoridades para que actúen de manera efectiva es cada vez mayor, y la comunidad espera que se tomen las medidas necesarias para restaurar la paz y la seguridad en su querido pueblo.
La historia de Montanejos es un recordatorio de que la convivencia pacífica es un derecho fundamental que debe ser protegido y promovido por todos, desde los ciudadanos hasta las instituciones.
