El reciente asesinato de un interno en la prisión de Estremera ha puesto de manifiesto serias deficiencias en la seguridad y el control de materiales dentro del centro penitenciario. Dilawar Hussain Fazal, un recluso de origen pakistaní, fue acusado de asesinar a su compañero de celda, Ángel Asenov, en un suceso que ha generado una profunda preocupación sobre las condiciones de seguridad en las cárceles españolas. Este artículo explora los detalles del crimen y las implicaciones que tiene para el sistema penitenciario.
El crimen ocurrió en la madrugada del 15 de febrero de 2024, cuando Fazal, que había sido ingresado en la prisión solo 22 días antes, atacó a Asenov con una pesa de gimnasio. La brutalidad del ataque, que dejó a la víctima sin posibilidades de defensa, ha llevado a una investigación interna por parte de Instituciones Penitenciarias. Según el informe preliminar, no había indicios que pudieran haber anticipado este trágico suceso, lo que ha suscitado dudas sobre la efectividad de los protocolos de seguridad existentes.
### Deficiencias en el Control de Materiales
Uno de los aspectos más alarmantes que ha salido a la luz es la falta de control sobre los materiales disponibles en el gimnasio de la prisión. La pesa utilizada en el crimen fue robada del gimnasio, y hasta el momento, no se ha podido determinar cómo fue posible que un objeto tan pesado y voluminoso desapareciera sin que los funcionarios se dieran cuenta. La investigación ha revelado que el gimnasio estaba bajo la supervisión de un interno, quien no podía estar vigilando constantemente, lo que plantea serias dudas sobre la seguridad del lugar.
El informe de la inspectora designada para investigar el crimen señala que cualquier interno podía acceder al gimnasio, lo que aumenta el riesgo de que se produzcan incidentes similares en el futuro. Además, se ha constatado que no existía un protocolo claro para el control del material deportivo, lo que ha llevado a la recomendación de establecer procedimientos más rigurosos para evitar que elementos peligrosos caigan en manos equivocadas.
La falta de un listado actualizado de los materiales disponibles en el gimnasio también ha sido un punto crítico. La última revisión de este listado se realizó en marzo de 2018, lo que significa que no se tenía un control adecuado sobre lo que estaba disponible en el gimnasio en el momento del crimen. Esta falta de supervisión ha sido señalada como una de las principales fallas que contribuyeron a la tragedia.
### La Relación entre los Internos y la Prevención de Conflictos
Otro aspecto que ha surgido en la investigación es la relación entre Dilawar y Asenov. Testigos han declarado que Asenov había expresado su preocupación por compartir celda con Fazal, a quien apodaban ‘el mataviejas’, debido a su historial criminal. A pesar de las quejas de la víctima, las autoridades penitenciarias no tomaron medidas para separarlos, lo que podría haber evitado el fatal desenlace.
Los testimonios de otros internos revelan que había un ambiente tenso entre ambos, y que Asenov había solicitado ser trasladado a otra celda. Sin embargo, su solicitud fue ignorada, lo que plantea preguntas sobre la efectividad de los mecanismos de prevención de conflictos en el sistema penitenciario. La falta de atención a las quejas de los internos y la ausencia de medidas proactivas para garantizar la seguridad de los reclusos son cuestiones que deben ser abordadas con urgencia.
La investigación también ha señalado que, aunque los funcionarios de la prisión actuaron correctamente en el momento del crimen, la responsabilidad recae en la institución por no haber implementado medidas adecuadas para prevenir situaciones de riesgo. La familia de Asenov ha abogado por una revisión exhaustiva de las políticas de seguridad en la prisión, argumentando que se han identificado fallos significativos que deben ser corregidos para evitar que tragedias similares ocurran en el futuro.
El caso de Dilawar Hussain Fazal y Ángel Asenov es un recordatorio escalofriante de las vulnerabilidades que existen dentro del sistema penitenciario. La necesidad de una revisión y mejora de los protocolos de seguridad es más urgente que nunca, no solo para proteger a los internos, sino también para garantizar la integridad del personal penitenciario y la sociedad en general. La implementación de medidas efectivas podría ser la clave para prevenir futuros incidentes y asegurar que las cárceles sean lugares donde se priorice la seguridad y el bienestar de todos los involucrados.