En los primeros seis meses del año, Endesa, a través de su filial de redes e-distribución, ha detectado más de 32.000 fraudes eléctricos, lo que se traduce en una alarmante media de más de 175 casos diarios, o más de siete por hora. Este fenómeno no solo representa un desafío para la compañía eléctrica, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la seguridad pública y el impacto económico en todos los consumidores. La manipulación de las instalaciones eléctricas para cometer fraude se ha convertido en un problema creciente, según lo señalado por la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC). Este tipo de fraude no solo afecta a la empresa, sino que también genera riesgos de electrocución e incendios, poniendo en peligro no solo a los infractores, sino también a las personas que se encuentran en las cercanías.
### La Amenaza del Fraude Eléctrico
El fraude eléctrico no es un problema nuevo, pero su aumento en los últimos años ha sido notable. Las alteraciones en las instalaciones eléctricas para el robo de electricidad han llevado a situaciones peligrosas, incluyendo heridos e incluso muertes. Este tipo de actividad delictiva no solo tiene un costo económico significativo para los consumidores, que ven reflejados estos gastos en sus facturas, sino que también afecta la calidad del suministro eléctrico en general.
Uno de los principales factores detrás de este aumento en el fraude eléctrico son las plantaciones de marihuana en interiores, conocidas como «indoor». Estas instalaciones utilizan sistemas eléctricos sofisticados que están conectados ilegalmente a la red, lo que resulta en un consumo de energía desmesurado durante las 24 horas del día. Según el Informe Europeo sobre Drogas 2025, España representa el 73% de todas las incautaciones de plantas de marihuana en la Unión Europea, y muchas de estas se cultivan en instalaciones que roban electricidad.
Cada invernadero de este tipo puede demandar una potencia equivalente al consumo de aproximadamente 80 viviendas de 100 m². En el primer semestre del año, se han desmantelado un promedio de seis plantaciones al día en las áreas de distribución de Endesa, gracias a operaciones coordinadas con las Fuerzas de Seguridad. El volumen de energía recuperado de estos fraudes asciende a 111 millones de KWh, lo que equivale al consumo de más de 31.700 hogares.
### Estrategias para Combatir el Fraude
La colaboración entre Endesa y las Fuerzas de Seguridad es fundamental en la lucha contra el fraude eléctrico. Recientemente, se ha firmado un acuerdo con la Comisaría General de la Policía Judicial de la Policía Nacional para profundizar en la prevención e investigación de delitos que afectan a los servicios esenciales de producción, distribución y suministro de energía eléctrica. Esta colaboración es esencial para abordar el problema de manera integral y efectiva.
Además de la cooperación con las autoridades, Endesa ha implementado tecnologías avanzadas para combatir el robo de energía. Desde 2017, la compañía ha estado utilizando modelos de Machine Learning y Deep Learning para mejorar la detección de fraudes. Estos modelos analizan el historial de inspecciones de los 12 millones de puntos de suministro, patrones de consumo, información sobre equipos de medida e incluso datos meteorológicos. Esta información se utiliza para identificar con mayor precisión la probabilidad de que se esté cometiendo un fraude.
La inteligencia artificial, combinada con innovaciones como los equipos de supervisión avanzada que se están instalando en la red de distribución, permite a Endesa acotar mejor el origen del fraude dentro de un grupo de suministros. En el campo, herramientas como pinzas amperimétricas y videoscopios ayudan a los trabajadores a detectar y documentar el fraude de manera más efectiva.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, España es el único país de su entorno que no prevé penas de privación de libertad por el delito de fraude eléctrico. A diferencia de países como Francia, Portugal, Italia o Alemania, donde este delito se considera grave y puede conllevar penas de prisión, en España el marco legal actual no contempla agravantes ni computa para la reincidencia. Esto significa que, independientemente de las consecuencias que pueda tener el fraude eléctrico, como alimentar grandes plantaciones de cannabis o provocar incendios, los infractores no enfrentan sanciones severas.
La falta de un marco legal más estricto ha llevado a que muchos infractores continúen con sus actividades delictivas sin temor a repercusiones significativas. Esto no solo perpetúa el problema del fraude eléctrico, sino que también pone en riesgo la seguridad de la población y la integridad de la red eléctrica.
En resumen, el aumento del fraude eléctrico en España es un problema complejo que requiere una respuesta multifacética. La colaboración entre empresas, autoridades y el uso de tecnologías avanzadas son pasos importantes hacia la solución de este problema. Sin embargo, también es crucial que se revisen y actualicen las leyes para abordar adecuadamente este delito y proteger a los consumidores y a la sociedad en su conjunto.